FEBRERO, descendiente semiculto del lat. februarius íd.

1.ª doc.: doc. de 1129 (como nombre propio ya en 1102).

Cej. VIII, § 129. La forma popular hebrero es frecuente en los clásicos: Nebr.; Lope, El Cuerdo Loco, n. 2177; Aut. cita ejs. en el Inca Garcilaso y en Esquilache. En latín la forma vulgar fué FEBRARIUS (Appendix Probi, Inscr., etc.), de la cual procede el castellano.

DERIV.

Febrerillo.