FARAMALLA, ‘enredo o trapaza’, ‘charla abundante, rápida y sin sustancia’, ‘cosa de mucha apariencia y poca entidad’, procede del antiguo farmalio ‘engaño, falsía’, el cual es metátesis del b. lat. hispánico malfarium ‘crimen’, resultante de un cruce de nefarium ‘crimen nefando’ con maleficium y otras palabras en male- de sentido semejante.

1.ª doc.: farmalio, Cronicón Albeldense, a. 883; faramalla, Aut.

Fué M. P. (RFE XI, 311-3) quien señaló la relación evidente entre farmalio y faramalla, y probó que el significado de aquél era ‘engaño, falsía’; así lo confirma Berceo en el Martirio de San Lorenzo: «el varón beneíto, quito de mal farmario» (rimando con vicario y donaria), n. 50a, donde mal no hace más que confirmar el sentido del sustantivo, según es usual en Berceo; y el Libro de Apolonio, 646d: «Tarsso e Mitalena tuyas son sin famarioi). Faramalla, según Aut., es «enredo u trapaza» y «el estilo de hablar mucho, de prisa y sin sustancia: y al que habla de esta suerte se dice que es un faramalla»; sus demás acs. pueden verse en las ed. recientes del Dicc. académico; ast. faramalla ‘embustero, enredador, tramposo’, zaramalla ‘trapacero’ (Rato). Falta ahora hallar la etimología, y me parece no puede ponerse en duda la identidad de farmalio con el b. lat. portugués malfairo o malfarium, documentado por Du C. en dos textos, el segundo de los cuales es de primeros del S. XV (puesto que se refiere a la coronación del rey D. Enrique) y el primero parece anterior; el significado es claramente «scelus, flagitium», según ya indicó el colector: «mulier si fecerit malfairo viro suo cum homine altero... cremetur cum igne»; se trata de un adulterio, en ambos casos.

No deja de ser extraño que el prof. Leo Spitzer, que ya se había ocupado de esos textos (Litbl. 1914, 205) y había reconocido en el vocablo una evidente alteración de nefarium por influjo de maleficium y palabras análogas1, no se diera cuenta posteriormente, al tratar de farmalio en RFE XI, 416-7, que éste era la misma palabra, suponiendo, en desacuerdo con los textos, que farmalio significaba ‘pacto bueno o malo’, y relacionándolo con oc. ant. fermalha ‘tratado’, derivado de FIRMARE (otras palabras emparentadas con este fermalha pueden verse en ARom. IV, 381). Para mí es claro que malfario sufrió metátesis en España gracias a la etimología popular, que veía en él un compuesto del cast. ant. far ‘hacer’ y mal. Pero la forma primitiva todavía se conserva en Andalucía: «mar fario y güen fario significa lo mismo que mala y buena sombra», citado de los Cantos Populares de Rodríguez Marín (III, 346n.) por Toro Gisbert; no hay que decir que el contrapuesto güen fario es innovación popular moderna2.

En cuanto a la etimología de Moll (Supl., n.° 1442, y BDLC XIII, 353-5), que supone a faramalla catalanismo, derivado de feram ‘muchedumbre ávida’, etc., derivado a su vez de FERUS ‘fiero’, no la creo probable, porque obligaría a separar del farmalio antiguo y porque no parece que el vocablo sea antiguo en catalán (Ag. y Alcover no citan ejs. antiguos)3: estimo, pues, que en lugar de colocar las acs. del cat. faramalla ‘engaño, intriga’, ‘mentiroso, embrollón’, en último lugar, según hace Moll, debe encabezarse con ellas el artículo.

DERIV.

Faramallero [Aut.]. Faramallón [íd.].

1 A propósito de la etimología de Montoliu, BDC I, 43, que de ahí deriva el cat. fer malbé ‘echar a perder’, etimología muy dudosa (vid. más bien Spitzer, BDC III, 29-30).―

2 A. Venceslada define ‘augurio, sino, buena o mala suerte’ y trae más ejs.―

3 Por lo menos en Mallorca, faramalla ha de ser palabra advenediza, posiblemente de origen castellano (o a lo sumo tomada del catalán literario), puesto que su ll se pronuncia -ll- y no -y-, como ocurre en este dialecto con la continuación de los grupos latinos L? y CL: comp. en el diccionario de Amengual, faramalla frente a mortaya, baraya, cagayó, fuya, fiy, paya, borrayó, ay, uy, etc., faramalla frente a rondaya en el texto de Aguiló citado por Alcover, etc.