FAENA, del cat. ant. faena ‘quehacer, trabajo’ (hoy sólo valenciano, en el Principado feina), procedente del lat. FACIĔNDAcosas por hacer’, neutro plural del participio de futuro pasivo de FACĔRE.

1.ª doc.: 1596, Fr. Hernando de Santiago (Aut.).

En este autor y en Saavedra Fajardo (1640) sólo como término náutico; también Oudin, seguido por Minsheu (1623), dice «c’est un terme usé des mariniers»; de éstos pasó a los galeotes, y de ellos a la germanía, donde ya Juan Hidalgo registra «faena: tarea» en 1609; Cej. IX, § 180. Es, pues, uno de tantos testimonios del influjo catalán sobre el léxico de los marinos, y ello explica también la extensión alcanzada en las Antillas, Méjico y América Central, con referencia al trabajo de las haciendas. Sin embargo, pronto se generalizó, y ya Mateo Alemán (1599) lo aplica a quehaceres domésticos; pero siempre ha conservado el matiz de trabajo material, mientras que en la lengua de origen significa cualquier quehacer o trabajo por realizar. No es de creer que tenga que ver con nuestro vocablo la voz faena del Canc. de Baena (n.° 386, v. 26), de significado oscuro.

En catalán, faena es el resultado regular del lat. FACIĔNDA, una vez eliminado en latín vulgar el grupo vocálico IE (como en PARէĔTEM > PARԷTE, ABէĔTEM > ABԷTE ): luego estamos ante un duplicado del cast. hacienda; la forma catalana faena es general en la Edad Media, con raras excepciones, y aunque hoy en Cataluña y Baleares se ha cambiado en feina―siguiendo una norma fonética propia del hiato―, la forma antigua se conserva no sólo en el País Valenciano, sino en varios puntos del Principado y de la Cataluña francesa, con ligeras alteraciones (faiena en Sort, fena en Codalet y Perpiñán1, p. ej.); de una manera análoga se altera espontáneamente el vocablo castellano en Chile: «feina: faena, el sitio donde se establecen los trabajos» (Guzmán Maturana, D. P. Garuya, glos.).

DERIV.

Faenero, and. y chil. Enfaenado. Faenar ‘sacrificar (reses)’, arg. (L. Franco, en La Prensa, 9-VI-1940); faenamiento ‘acción de faenar’ arg.

1 De ahí fener ‘laborable (día)’, general en la Plana de Vic, en Llagostera, en muchos puntos de Mallorca, etc. Viceversa fayner en el valenciano Jaume Roig, v. 2506.