ESQUELA, ‘carta breve’, ‘papel impreso o litografiedo en que se hacen invitaciones o comunican noticias’, probablemente es pronunciación vulgar del lat. scheda ‘hoja de papel’.
«Tira de papel ancha de quatro u seis dedos, y de una tercia de largo poco menos, para notar y apuntar alguna cosa en resumen. Pronúnciase la
ch como
k. Es voz moderna, usada en las Secretarías y Oficinas de pluma, y tomada del griego
scheda». Así en dicho diccionario. Hoy es voz corriente en las dos acs. anotadas arriba. Observa Cabrera (a propósito de
comilón) que la pronunciación de la
-d- como
-l- es comparable a los vulgarismos
melecina y
Cáliz. A la verdad el caso es algo diferente, pues
Cáliz es forma muy antigua y de un carácter peculiar, y
melecina se comprende mejor como forma vulgar estropeada, entre otras razones por la posición pretónica; nótese la observación citada de que era vocablo de secretarías y oficinas, aunque esto no se opondría terminantemente a que hubiera entrado como vulgarismo. Tampoco bastaría hablar de un «cambio de sufijo», pues
-eda no es terminación menos frecuente que
-ela. Acaso se tomaría de viva voz del it.
scheda en el S. XVI o XVII, y la
l resulta de un esfuerzo malogrado por imitar el sonido extranjero de la
-d- oclusiva e intervocálica; en este idioma
scheda es palabra muy viva, y aun vulgarizada, en la forma
sceda, ya a fines del S. XIV, y en el sentido de ‘borrador’, según testimonio de Buti, comentarista de Dante. Menos probable es que venga de
schedula, diminutivo de
scheda (como admiten Diez,
Wb., 94, y M-L.,
REW, 7681), pues sólo en el caso de ser semicultismo muy antiguo se explicaría la síncopa de la
u, y entonces esperaríamos
*esquelda como resultado; y de ser adaptación más reciente debería esperarse
*esquédula1.