ESPARADRAPO, probablemente del it. antic. sparadrappo, que parece ser compuesto de sparare ‘rajar, partir por la mitad’ (derivado negativo de parare ‘preparar, adornar’) y drappo ‘trapo, paño, tela’, porque el esparadrapo se aplica en tiras cortadas a lo largo.

1.ª doc.: 1495; espadrapo, 1680, Pragmática de Tasas; esparadrap, h. 1764, Terreros; esparadrapo o espatadrapo en el cubano Pichardo (p. 103), 1836; esparadrapo, Acad 1884, no 1843.

También fr. sparadrap [1314: speradrapu], ingl. antic. sparadrap (1543-1728). En italiano se halla sparadrappo en Fioravanti (fin S. XVI) y en Garzoni (princ. S. XVII); en este último parece aplicarse a un ungüento o quizá a un emplasto adherente semejante al que caracteriza el actual esparadrapo, en el otro autor puede ser lo mismo o bien ‘esparadrapo’ en el sentido presente. Se citan formas sparadrapum o spadrapor en bajo latín, pero son reflejos tardíos de las formas romances. No hay inconveniente en suponer que el vocablo italiano sea más antiguo de lo que dan a entender los dos testimonios recogidos por Tommaseo, y que por lo tanto este idioma pueda ser el creador del vocablo, como sospecha Gamillscheg, pues sólo allí se le encuentra explicación lógica: sería un compuesto del tipo frecuente sparapane, sparalampi, sparagrembo, sparavento, sparabicco, sparafucile, y especialmente sparafanone ‘fanfarrón’ (de fanone ‘vestidura solemne’); nótese que drappo inglese o drappo d’Inghilterra designa un tafetán empleado para proteger pequeñas heridas. En castellano esparadrapo parece ser vocablo tardío, entrado quizá indirectamente (es usual en España, pero no en la Arg.). De todos modos ya leemos «estos se llaman esparadrapos, especie de pasta o pegotes» en el Epílogo en Medicina, texto aragonés publ. en Burgos, 1495.