ENOJAR, de oc. ant. enojar ‘aburrir, fastidiar, molestar’ y éste del lat. vg. էN֊DIARE ‘inspirar asco u horror’, derivado de la locución clásica IN ODIO ESSE ALICUI ‘ser odiado por alguien’.

1.ª doc.: enoyar o enojar, Berceo; la última forma es frecuente y normal desde el S. XIII (Apol., 154a; Conde Lucanor, etc.).

La forma enoyar de Berceo parece ser descendiente autóctono y directo de INODIARE: léese en S. Lor., 17, también en S. Dom., 335E (ms. de la segunda mitad del S. XIV, pero H, de la misma época, y el moderno pero independiente V traen enogedes), Mil., 778 (en el ms. antiguo A, pero el moderno e independiente I lee enoias, según Janer y Solalinde), S. Mill., 44bA (pero -j- en I, Janer), enoyamiento en S. Dom., 116E (pero -jamiento HV), enoyo, S. Mill., 105 (sólo figura en I), en cambio, ennoiariamos, S. Dom., 752 (sólo en E); enoiada, Mil. 818A, I; enojoso, S. Mill., 45 (A, I); S. Dom., 759 (E, H). Hallamos también enojo en Fn. Gonz., 230c; enogo, Tres Reyes, 81. Se comprende que la forma occitana, como admiten M. P. (Man., § 86.1) y M-L. (Litbl. XXII, 298; REW, s. v.), invadiese el castellano1, dado el frecuente empleo en la lengua literaria de los trovadores, especialmente en el género satírico titulado enueg, cuyos versos solían empezar por la palabra enoja·m ‘me desagrada’ (Monje de Montaudon, etc.); no puede ser catalanismo (aquí es enujar) ni debida al influjo del castellano ojo, como había admitido Baist (GGr. I2, § 32), ni puede ser forma autóctona, en vista del tratamiento que hallamos unánimemente en esta posición (hoyo, royo, moyo, poyo), pero es probable que la forma castiza, conservada por Berceo, influyera en el vocalismo de la aprovenzalada, pues en lengua de Oc está muy extendida la diptongación de la o en esta palabra (enueg, enueja, o enuog, enuoja), mientras en castellano no hay huellas de tal fenémeno, según corresponde a la evolución castellana del vocablo. Es frecuente en castellano antiguo la ac. ‘hartar, cansar’: «non se podían enojar de catar», traduciendo lat. satis admirans, en el Purgatorio de San Patricio (trad. leonesa del S. XIII: Homen. a M. P. II, 250); «ca los plazeres del mundo... duran poco, et aun de todos o de los modos se enoja el omne», Juan Manuel (RF VII, 461); «yo que nascí en casa pobre... agora enójome del panal de miel», Estoria de los cuatro dotores (ed Lauchert, p. 79). El lat. vg. INODIARE se halla en una traducción antigua de la Biblia (traduciendo una voz griega que vale ‘inspirar asco u horror’), en una inscripción africana (BDR III, 111), en las Notas Tironianas y en otros textos; inodiosus, probablemente ‘enojoso’, en la Declamatio Quintiliani IX (ALLG III, 254; XII, 49). Se ha perpetuado en el it. annoiare, fr. ennuyer, oc. enojar, cat. enu(t)jar ‘enojar’ y port. enjoar ‘causar asco’ (junto al occitanismo anojar ‘aburrir’, ‘enojar’). Además enojar y enojo, hoy nojo, que en Portugal parece aplicarse más bien a las náuseas que al mero asco. Gall. ant. nojo ‘asco, repugnancia’ (MirSgo. 70.18, 69.4) «desgasto, moléstia» (Ctgs. 116.30, 312.70); hoy noxo ‘náuseas (de vómito)’ (noxos e fasquías Castelao, 290.2, ‘asco’, «esmaguei unha chinche, e o noxo escorrentoume o sono» ib. 149.18, un perro vagabundo le da noxo e compaixón 141.13) ‘ojeriza, aborrecimiento’ («o noxo que lle inspira o catalanismo» 149.11) etc. (53.16, 62.16). De ahí el antiguo nojoso (Ctgs., MirSgo.), hoy port. y gall. nojoso (-x-) y nojento ‘asqueroso’ («encoiros noxentos» Castelao 39.7, 39.9; 28.20). Hoy enojar se ha hecho literario en el castellano de España, sustituído por enfadar, pero sigue siendo popular en América en general (Arg., Venezuela, Méjico, etc.), en consonancia con la preferencia sinonímica del portugués, gallego y asturiano (comp. RFH VI, 225); ast. enoxar «agriáse, enfadáse» (R), enoxáse, noxáse (V).

DERIV.

Enojadizo. Enojante. Enojo [Berceo, Tres Reyes, Fn. Gonz., vid. arriba], antes también enojamiento (íd.). Enojoso [Berceo]. Enojuelo.

1 Occitanismo directo es enoiatu y enoitu «rendirse de fatiga» registrado en el vasco de dos pueblos navarros (Azkue), cf. cat. ant. ujar ‘cansar’ (quizá también deducido de enujar secundariamente).