ENODIO, ‘ciervo joven’, palabra rara, de origen incierto; probablemente del lat. ANNĶTէNUS ‘animal de un año’, suponiendo que hubiese pérdida de la -N- final, por influjo portugués o por disimilación.

1.ª doc.: enodio, S. XIII, Cantar de los Cantares (II, 9; VIII, 14; Festschrift Förster, 122, 127), donde traduce el lat. hinnulus ‘cervato’ o ‘muleto’.

No conozco otros testimonios indudables de la existencia del vocablo que éste y el de Nebr. («enodio, hijo de ciervo, hinnulus»)1; en J. Ruiz, 402c, es muy dudoso que deba leerse «el mas astroso lobo al eñodio ajoba» con el ms. S, suponiendo que la lección enatío de G sea debida al desconocimiento del vocablo por el copista de este último, y en todo caso ello ya sería indicio de lo poco conocido que era enodio. De Nebr. lo tomarían Percivale (1591: «enódio: the fawne of a stag»), Oudin (1607: «enodio, hijo de cierVa: le faon d’une biche, il se dit aussi d’une autre beste», lo cual parece revelar cierto conocimiento personal del vocablo), Terr. y la Acad. (1843: «cervato»; 1899 y ss.: «ciervo de tres a cinco años de edad»); según Pagés lo emplea también Scio en su traducción de la Biblia (comp. el Cantar de los Cantares).

Propuso Diez derivar enodio del lat. ēnōdis ‘sin nudos’, hablando de árboles y madera (derivado de nodus ‘nudo’), por comparación de la cornamenta de un ciervo con el ramaje de un árbol y sus nudos2. Debería ser cultismo por el tratamiento de la -d- y otras razones, y habría un cambio de terminación difícil de explicar; pero la idea debe rechazarse por inverosímil en un cultismo, cuando no hay ningún testimonio de que se aplicara enodis a los ciervos o a animal alguno.

Indudablernente el lat. ANNĶTէNUS ‘de un año’ era palabra popular, que dejó bastante descendencia romance: rum. noatin ‘animal de un año’, napol. annutl ‘toro de un año’, logud. annodinu, y de varios cambios de sufijo del mismo salen oc. anotge, fr. antenois y quizá cast. ANDOSCO, santand. andruesca; si hubiese vivido en portugués o gallego no hay duda de que debía dar *anôdio, que fácilmente habría pasado a enodio por influjo del prefijo en-. La gran abundancia de caza mayor en los montes portugueses explicaría el que el vocablo hubiese pasado al castellano en su forma lusitana; comp. la gran popularidad de Veado, gamo, corço, etc., en Portugal. La antigüedad de las traducciones bíblicas castellanas explicaría hasta cierto punto el que el vocablo hubiese pasado a la tradición literaria castellana y no a la portuguesa. De todos modos es sorprendente no encontrar huellas en gallegoportugués. Por lo cual quizá sea preferible admitir que hubo cambio en *ANNĶTէDUS, por disimilación de nasales, resultando así el sufijo de adjetivos -էDUS, más frecuente que -էNUS: la evolución en anodio (en-) sería entonces tan normal y genuina como la de LIMPIDUS en limpio, NITIDUS en nidio.

1 El glosario del Escorial traduce hinnulus por fijo de cierVo.―

2 M-L., REW, 2874, reproduce la etimología de Diez, pero calífica distraídamente de griega la palabra etimológica (claro que nada tiene que ver con Ɔνóƌιος ‘que está en el camino’). Por lo demás, en su 3.ª ed. puso esta etimología entre paréntesis, es decir, como inadmisible, sin hacer comentario alguno.