ENGRUDO, ‘masa de harina o almidón cocidos en agua, que se emplea para pegar papeles y otras cosas ligeras’, antiguamente englut o engrut, procede del lat. tardío GLȢS, -TIS (lat. GLȢTEN) ‘cola’, ‘goma’, ‘muérdago’ (con prefijo procedente del verbo engrudar), pero en romance se confundió con el germ. GRȢTS ‘papas, gachas’ (alem. grütze, fr. ant. gru íd., rosell. grut ‘salvado’).

1.ª doc.: englut, Berceo; engrut o engrudo, 1251, Calila, ed. Allen, 6.79; engrudo, Canc. de Baena, n.° 391, v. 41.

Berceo, Mil., 883c, trae englut (I; la variante englute de A no está de acuerdo con el verso); en S. Dom. 687 hay englut y engrut en los varios mss. Igual forma en Apol., 281c, y englud en la General Estoria (ms. S. XIV, línea 424, citada por M. P. en su ed. de Yúçuf; -ut, ed. Solalinde I, 298a46); análogamente en su traducción gallega de la época «vitume que hé moy forte englude» 37.26, con variantes englut 209.24 y engludo 37.27, 31, 33, 35. Engrudo se hace luego general (APal. 5b, 100d, 530d; Nebr.). Se trata en lo antiguo de una clase de cola más fuerte que la que hoy entendemos por engrudo, pues en la General Estoria se aplica a la empleada para cerrar un sepulcro y traduce el lat. bitumen; en los Milagros, la toca de la Virgen, que queda pegada a las manos de los ladrones, «con englut ninguno non serié tan travada»; en Calila se aplica a la sustancia que pega los miembros de un ídolo; y en APal. se hace sinónimo de cola y de visco; todavía en Canarias se aplica hoy a la cola de cuero (BRAE VII, 335). El vocablo es inseparable del port. grude ‘materia para pegar, extraída del cuero de algunos animales o del buche de ciertos peces’ (Moraes), cuyo derivado grudar ya se halla en los SS. XVI y XVII (Arraes, Vieira), y del cat. engrut ‘cola’, ‘suciedad endurecida’ (cuyo derivado engrutar se halla ya en el S. XV); oc. ant. glut y fr. glu, significan ‘muérdago’ y continúan el lat. GLUS, -UTIS, pura y simplemente. En castellano (desde Berceo), catalán, occitano y, predominantemente, en portugués, es masculino, pero femenino en francés, como en latín. La -r- catalana y castellana y la -t- de aquel idioma prueban que en España hubo confusión con la voz germánica que dió el fr. ant. gru ‘gachas’ (hoy su diminutivo gruau, de donde el ingl. gruel), fr. orient. gru y rosell. grut ‘salvado’, oc. ant. grut ‘gachas’ (ej. único), que proceden evidentemente de un antepasado del alem. grütze ‘gachas’, a. alem. ant. gruzzi, ags. grŷt íd., a. alem. med. grûz ‘grano’, traducido por ‘salvado’ (furfur) en ciertas glosas del alemán antiguo (Jud, ASNSL CXXVI, 136-37, 140-1; comp. Gamillscheg, R. G. I, 205; EWFS, s. v. gru); como formas originarias pueden admitirse fráncico *GRȢT y gót. *GRȢTS, cuya existencia está bastante asegurada por el grut catalán del Rosellón. El encuentro entre las dos palabras era casi inevitable, dado su gran parecido formal y semejanza de sentido, comp. la definición de engrudo en Aut. «la talvina [= gachas] que se hace de harina desatada en agua...»

DERIV.

Engrudar [engludar, Apol., 281c; Gral. Est. I, 298a51; engrudar, Nebr.]. Engrudamiento [engludimiento, Apol., 286a; engrudamiento, Nebr.]; engrudador; engrudoso, ant. (Nebr.).