ENGALABERNAR, antic. y colomb., ‘embarbillar, acoplar’, del cat. engalavernar ‘hacer que quede inmovilizado un objeto que se ha metido dentro de otro (p. ej. la llave en la cerradura)’, derivado de galaverna ‘cada una de las dos piezas de madera con que se reforzaba el remo en el escálamo’, voz náutica, para cuyo origen véase mi DECat.

1.ª doc.: 1633, López de Arenas.

«Anssí engalavernado el estrivo, se clave con clavos que passen hasta la solera», dice este autor sevillano (cap. 16, pp. 38, 177). Cuervo, Ap.1, § 926, n. 4. Para el catalán véase el Dicc. Fabra y el mallorquín de Amengual; en Mallorca engalavernar toma el significado de ‘tullir, paralizar’ (BDLC III, 357; VII, 249; comp. Ag.) y ‘engargantar, meter el pie en el estribo hasta la garganta’. Hoy es palabra sobre todo o solamente mallorquina (dicc. Alcover). El cat. galaverna se halla ya en 1406, fr. galaverne, it. calaverna (Jal, Gloss. Naut.).

Acerca de galaverna puede verse Vidos, Parole Marin., 417-9, y el artículo de los Kahane en ՀπετƓρίς Ձταιρείας BυζαντινNjν ∑πουƌNjν, XXIII, 1953, 283-4, quienes creen viene del bajo griego καλαβρικά «the bandage around the pastern of a horse», documentado en griego desde los SS. IX y X, y en latín desde el S. V. La grave diferencia en la terminación, junto con la falta de testimonios náuticos del vocablo grecolatino, nos inducen a dudar mucho si no negar del todo el acierto de la idea.