ELIXIR, ‘la sustancia específica y esencial de cada cuerpo, según los alquimistas’, ‘licor que constituye un remedio maravilloso’, tomado, por conducto del b. lat. elixir, del ár. Ȑiksîr ‘piedra filosofal, polvos empleados para hacer oro, según los alquimistas’.

1.ª doc.: Enrique de Villena, † 14331.

En su traducción latina de Razî, básica para toda la química medieval europea, Gerardo de Cremona († 1187) emplea la forma exir, y más raramente sir y lachesir (Isis, XII, 44). Otros alquimistos escriben en su latín elixir, alexir, etc. Claro está que el- es el artículo árabe. Aunque en árabe parece derivarse de la raíz kásar ‘quebrar’, el origen último del vocablo parece ser el gr. ξƓρóν ‘cosa seca’, ‘medicamento seco’, de donde ‘polvos’ y especialmente ‘piedra filosofal’. Vid. Dozy, Gloss., 259; Suppl. II, 466b; Devic, 33; Mahn, Etymol. Untersuch., 94-95.

1 «Mas vos sed guiado de restituir / a la sequedad lo húmedo, cuanto / por partes iguales viniese a ser tanto / cual es la materia de vuestro elixir», en el Libro del Tesoro, traducido por este alquimista castellano: RFE XIX, 172. Luego se pronunciaba elixír; Aut. acentúa elíxir el ej. que cita de Quevedo, y esta pronunciación fué, en efecto, muy usual en España en el siglo pasado; puede explicarse por la pronunciación del bajo latín, o quizá es una deformación vulgar arbitraria (comp. it. eliɊìr, eliɊìrre).