ELEMÍ, tomado del fr. élémi íd., de origen oriental, quizá procedente de Ceilán o de la India.
1.ª doc.: Terr.; Acad. 1884, no 1843.
Cita Terr. el fr. élémi, del cual habrá de proceder la voz española, que no se conoce en fuentes anteriores. En francés se halla desde 1600, en inglés desde el S. XVII y ya en traducción editada en 1543 de una obra latina publicada en Roma en 1517, que trae la forma elimi; independiente y traído quizá directamente de la India será el port. gumi-leme (Moraes; falta Fig., que sólo trae alemi; falta Dalgado). Ár. lāmî (vulgarmente y con artículo, el-lemí) documentado en fecha relativamente moderna, mas su aparición en el S. XVI y en autor muerto en 1659, hace creer que procederá directamente de Oriente y no a través del francés, como sospecha Lammens, 263; sea como quiera, no es seguro tampoco que el francés y el inglés lo recibieran por conducto del árabe. Hoy el elemí se trae sobre todo de Méjico, Brasil y Filipinas, pero la importación de Ceilán (God., Devic) o de la India (Larousse) parece ser más antigua. NED, s. v.; Devic, 33; incorrectamente DGén., Eguílaz, Gamillscheg. Dozy trató del rnismo vocablo en su Gloss., 259, y en adición manuscrita al ejemplar de que me sirvo, copió, sacándolo de su ms. del Antǝkî († 1596), el pasaje que trascribo a continuación, supliendo las vocales: zūfâȐ raƫb hû al-ma⺆rûf fî miɊr bi l-lāmî [es decir: el hisopo tierno -o húmedo, maduro- en Egipto es conocido por lāmî.