ECO, tomado del lat. ēchō, echus, íd., y éste del gr. ƊχǠ ‘sonido’, ‘eco’.
1.ª doc.: 1570, C. de las Casas1.
DERIV.
Ecoico.
CPT.
Ecolalia [1939, supl. a la 16.ª ed. de la Acad.], compuesto con λαλεƗν ‘charlar, hablar’.
1 También en Oudin y Covarr., y es frecuente desde Lope y Góngora. Quizá se halla ya en poetas anteriores. El pasaje de APal. «Vaticanus... donde se oyan bozes por echo, que es sonido que redunda en oquedad», 516b, apenas puede citarse como prueba del uso en castellano; tampoco es prueba clara el ejemplo de Santillana que cita Smith (BHisp. LXI): «si eco respondía a sus discordantes voçes». ↩