DÉBIL, tomado del lat. dēbĭlis íd.

1.ª doc.: Santillana y Villena (éste débilmente) (C. C. Smith, BHisp. LXI); 1570, Crist. de las Casas.1.

Aparece también en Covarr. y en Oudin (1607). Lo común en la Edad Media, y más tarde en el lenguaje vulgar, es flaco ‘débil’ (Apol., Berceo, Conde Lucanor).

DERIV.

Debilidad [1611, Covarr.; 1613, Góngora]. Debilitar [Corbacho (dibi-) y Mena (C. C. Smith); 1490, APal. 294d; Celestina, ed. 1902, 51.15], tomado de debilitare íd.; debilitante, debilitación.

1 Probablemente el uso de esta palabra en castellano es bastante anterior, aunque Aut. no da ej. anterior a la Dorotea de Lope (1632), y falta en Oelschl, BKKR, Glos. de Castro, Nebr. PAlc., Sánchez de la Ballesta y otras fuentes antiguas; debilitar forma parte del vocabulario de la Celestina y de APal., pero no débil. En portugués ya Camoens emplea éste. En las Glosas Silenses «debiles, aflitos» figura como glosa vulgar de inbalidis, pero como observa M. P., Oríg., 403, en casos de sinonimia semejante, la primera de las dos voces suele ser más culta y la segunda más vulgar, aunque en este caso la conclusión no es segura.