DOMAR, del lat. D֊MARE íd.
1.ª doc.: doc. de 1030, en Oelschl.; Berceo.
DERIV.
Gall. domear ‘domar’ y ‘doblar’ (Sarm. CaG. 228r). Domable. Domador. Domadura. Doma [Terr., con cita de autor que no puedo fechar. «La doma y castración de Galicia», palabras que serios autores atribuyen a Zurita, † 1580, no las tengo comprobadas]. Indomable, indomabilidad, indomado. Indómito, tomado de ĭndŏmĭtus íd., derivado negativo de dŏmĭtus, participio pasivo de domare. Duendo ‘manso’ [S. XIII, Espéculo, p. 360; Lucidario, en el ms. del S. XV2; Nebr.; 1570, D. Gracián], de D֊MէTUS, participio pasivo de DOMARE. Redomado ‘astuto y cauteloso’ [1599, G. de Alfarache, Aut.], no parece ser derivado de redoma (por alusión a la leyenda del diablo encerrado en redoma), sino de domar, quizá en el sentido de ‘mal domado, no domado del todo’, hablando de caballerías, de donde ‘falso’, ‘cauteloso’, en vista del pasaje de Sigüenza (a. 1600) que cita Aut. «tiró coces y volvió atrás como mala bestia redomada», comp. el arg. caballo redomón ‘mal domado’ (Tiscornia, M. Fierro coment., s. v.; A. Alonso, El Probl. de la L. en Am. 167); sin embargo, es insegura esta explicación semántica, pues estamos en el terreno resbaladizo de las voces de germanía, a las cuales perteneció originariamente este vocablo, que J. Hidalgo define «arredomado: astuto, sabio»; de todos modos, es probable que en la germanía se partiera también de la idea de animal mal domado, pues arredomarse, según dicho lexicógrafo, valía «escandalizarse» (‘alborotarse, respingarse’ parece ser el sentido en uno de los romances, publicado por Hidalgo, donde un rufián da consejos a su marca: «cobra partes y baratos / de la sangre [‘dinero’] del rendido; / y si se te arredomaren / canta el verso del bramido [‘avisa’]» (Hill XXVII, 151) y arredomar ‘juntar (apandillar los naipes de manera que se junten, hablando del tramposo)’.
1 En Villasandino (Canc. de Baena, n.° 104, v. 4) leyó Pidal «por domar el mi denuedo». Pero en el ms. se lee demás en lugar de domar, en forma muy clara, y creo también se lee es por el, lo cual da un texto más satisfactorio.― ↩
2 RFE XXIII, 40. No encuentro este capítulo entre los del ms. A, S. XIV. En castellano se aplica especialmente a las palomas, segun ocurre ahí, en Rinconete y Cortadillo (Cl. C., p. 195), en el G. de Alfarache (Cl. C. IV, 23.16), etc. En Crescencia, carne duenda será ‘blanda’ (esta y otras citas en ARom. VI, 504 n.). Existe también port. dondo ‘muelle’ (Vieira), ‘hinchado’ (Bluteau, vid. Leite de V., Opúsc. II, 104), «macío e nedio (verças, nabiças e afaces muito azeitadas)» (en Tras os Montes, RL V, 44). Gall. dondo: cosa donda ‘blanda’ (Sarm. CaG. 185r), ‘manso, suave’: «as feituras redondeadas e dondas das nosas montanas», «Os Pirineus quedán atrás... as terras baixas e dondas que baixan á ribeira» (Castelao 248.5, 221.20), «suave, blando, delicado» (Lugrís). De ahí el maragato pan dondo ‘blando, suave’ (BRAE II, 642). Para el b. lat. domitus aplicado a las tierras labradas, vid. M. P., Oríg. 331, n. 2. ↩