DOGAL, ‘soga para atar las caballerías o los reos por el cuello’, voz propia del castellano y el catalán, procedente del lat. tardío DŬCLE ‘ronzal para conducir las caballerías’, derivado de DŬX, -CIS, ‘guía, el que conduce’, con el sentido de ‘soga del conductor’.

1.ª doc.: Berceo (en rima:) Mil., 371c, 800d; Signos, 36b.

En los tres casos se trata de la soga con que se ata a personas. Pero la aplicación a animales es también antigua, pues en el Fuero de Navarra (S. XIV, ed. Ilarregui, 1869, p. 126) se trata de una cuerda para trabar un asno, y un refrán aragonés de la misma época reza «a rocín comedor, dogal corto» (RFE XIII, 368, n.º 41); el vocablo figura además en la obra de otro aragonés coetáneo, Fernández de Heredia (RH XVI, 271, lín. 799). Como puede verse, en la Edad Media sólo he podido señalarlo en fuentes aragonesas o riojanas; quizá sea esto casual, pero coincide con el hecho de que es vocablo ajeno al portugués y muy vivo en catalán. Sin embargo, más tarde aparece en textos estrictamente castellanos: «dogal o cordel: funis, chorda» en Nebr., «dogal o cordel: un cordeau, un licol de pendu» (Oudin), y lo emplearon Mariana, Calderón, etc.

En cat., igual semántica; nótese particularmente la ac. ‘morral que se pone a los animales para conducirlos al abrevadero’, que Ag. atribuye a Borredá (Berga), la balear ‘sobeo, correa con que se ata el yugo o el arado a los animales’ (BDC XI, 82, 83) y la de ‘soga del esclavo o del ahorcado’ muy frecuente en la lengua moderna, que ya se documenta repetidamente en el S. XV1; no puedo señalar ejs. más antiguos en este idioma (a no ser el de la Crónica del Ceremonioso, fin S. XIV, registrado ahora en Alcover), pero no hay duda de que allí es genuino, por la presencia en autores muy castizos, lo popular de su empleo y la formación de derivados muy vivaces y desusados en castellano (endogalar ‘esclavizar’). Es palabra existente también en vasco: ugal, ubal, u(h)al, ‘correa’, Michelena, BSVAP XI, 288. Fuera de España sólo conozco dougàu «carcan; sorte de collier de bois qu’on met aux cochons pour les empêcher de se frayer un passage à travers les haies» (Palay), en el gascón de Bayona.

La etimología hasta ahora no ha interesado a los romanistas, pues M-L. (REW 2810a) se limita a rechazar semánticamente la idea de Salvioni de relacionar con DŬX ‘general’ o con el romance DŬX ‘manantial’, y la de derivar de DȢCEREl> ‘conducir’ (ya sugerida por Covarr.) a causa de la Ȣ y de que el sufijo -ALIS no sirve para formar derivados postverbales; la de Aut. de que venga del ingl. dog ‘perro’, y el JUGALE de la Acad., no vale la pena de entretenerse en rechazarlas, pues su imposibilidad cronológica o fonética es obvia.

Ningún romanista se ha fijado en que DŬCALE ya existía en latín: figura en el Edicto de Diocleciano (a. 301), entre los artículos de cuero («capistrum equestre cum circulis et ducali»), en la gramática del africano San Agustín (h. 400), en una vida anónima de San Frontonio Abad (publicada por Migne entre las obras del S. VI) y en varios glosarios latino-griegos y anglosajones, entre ellos el muy antiguo atribuído falsamente a Filóxeno (S. VI), y trasmitido en ms. del S. IX. El significado está claramente definido en el sentido de un ronzal para tirar de los animales: «dimisit servulus camelum cuius ducalem tenebat» en la vida citada, «ęƔωƔεǭς A τNjν κτƓνNjν» (ronzal para caballerías) en dicho glosario (CGL II, 56.42; III, 370.38; además Du C.). Que se trata de un derivado de DŬX es evidente, pero no en el sentido de ‘general’, sino en el primitivo de ‘guía, conductor’: sabido es que Ovidio y Tibulo aplican este vocablo al pastor que camina a la cabeza de su rebaño; es formación paralela a la del gr. ęƔωƔεύς ‘dogal’ (junto a ęƔωƔεύς ‘conductor, guía’), y a la del ags. latteh (junto a latteov «dux», con que dichos glosarios traducen la voz latina.

1 «Fon enforcada / al Mercadal, / hon lo dogal / li fon tallat, / car fon dubtat / concebiment: / gran moviment / al ventre veren», J. Roig, v. 3478 (a. 1460). Otro del Recull d’Eximplis sacado de un ms. de princ. S. XV, en Ag.