DESMAYAR, tomado del fr. ant. esmaiier ‘perturbar, inquietar, espantar’, ‘espantarse, desfallecer’, y éste procedente del lat. vg. *EXMAGARE ‘quitar las fuerzas’, voz que dejó descendientes en varios romances itálicos, galos e hispánicos, derivada del germ. MAGAN ‘tener fuerzas, poder’.
Para otros ejs. medievales, y para construcciones y matices, vid. Cuervo,
Dicc. II, 1103-5. Es frecuente desde el S. XIII. En
Fn. Gonz. (468
c) y en
Alex. (701
d) aparece una variante
desmaído o
esmaído (así
Alex., 224
d, 828
c)
1, asegurada por la rima, que se deberá a cruce con otro adjetivo, quizá
desvaído. La construcción en la Edad Media es siempre intransitiva y el significado es ‘desalentarse, desfallecer’, como en francés;
desmayarse en el sentido de ‘desvanecerse, perder los sentidos’ no aparece hasta el Siglo de Oro (Fr. Luis de León, Mariana, Cervantes) y ha de considerarse desarrollo secundario. En francés el vocablo, muy empleado hasta entonces, cae en desuso hacia 1600, pero de su antigua vitalidad son testimonio el derivado
émoi, el galicismo inglés
to dismay, y la abundante supervivencia del vocablo en los dialectos, particularmente en los del Oeste, Centro y Sur, del territorio lingüístico de Oïl. Del mismo origen y con carácter autóctono son oc. ant.
esmagar,
esmaiar, cat. ant.
esmagat ‘desanimado’ (raro, un ej. en la
Crón. de Jaime I, 530.14) y el it. ant.
smagare ‘confundir, perturbar, desconcertar’; probablemente también el port. y gall.
esmagar ‘afligir, abatir’, ‘aplastar’, salm.
esmagar ‘apretar, estrujar’, ‘aplastar’ (Ribera del Duero), que sugieren la idea de que el vocablo debió extenderse en otro tiempo por toda la Península, hasta que le reemplazó el galicismo. Éste se introdujo también en el cat.
desmaiar (ya algún ej. medieval), port.
desmaiar, con igual sentido que en castellano. Comp.
FEW III, 298-9; Gamillscheg,
R. G. I, 31.