DENODARSE, del lat. DEN֊TARE SE ‘darse a conocer’, de donde ‘ilustrarse por el valor’.
Hay varios ejs. de
denodarse y de
denodado en Berceo (
Mil. 892
d; Oelschl.), en el
Alex. (1724; J. Keller) y son voces frecuentes en toda la Edad Media y Siglo de Oro; hoy son vocablos algo arcaizantes. La etimología tradicional en los diccionarios portugueses fué derivar el vocablo de
nó ‘nudo’, suponiendo un lat.
*DENĶDARE ‘soltar el nudo’, ‘desatar’, de donde ‘romper trabas, lanzarse impetuosamente’. Las definiciones «solto, desempedido, sem pejo nem estorvo, rápido, precipitado, arrebatado» (Moraes), «prompto, desembaraçado, que nada retem; intrépido, destemido» (Vieira), están inspiradas probablemente por esta etimología, admitida por Diez,
Wb., 444. Pero los numerosos ejs. que citan estos diccionarios se refieren casi todos al mismo matiz que en castellano
1, y en todo caso es este matiz el que figura en los más antiguos; vid. Viterbo; nótese en particular la sinonimia
votos denodados y
votos ousados con referencia a la batalla de Aljubarrota (1385). Luego debemos concluir que el influjo de
nó, que se nota en portugués, es secundario. Se agregan a este razonamiento las dificultades fonéticas: la -
D- intervocálica debía forzosamente perderse en portugués; menos difícil sería admitir que el derivado
denodar hubiese escapado al cambio de
Ķ en
u que ha sufrido
nudo (
NĶDUS) en castellano, y que esta
Ķ se hubiese diptongado analógicamente (a pesar de que
denueden ya se halla en Berceo,
Loores, 35; y el sustantivo
denuedo ya figura en Nebr.). Partir de
DEN֊TARE, en cambio, como propuso Cornu,
Rom. XIII, 300, es tanto más fácil cuanto que
noda ‘mancha’, procedente de
N֊TA, de donde deriva
DENOTARE, se halla también en portugués
2.