CUNETA, ‘zanja llena de agua en medio de los fosos de las fortificaciones’, ‘zanja a cada uno de los lados de un camino, para recibir las aguas llovedizas’, del it. cunetta ‘charco de aguas estancadas’, ‘zanja en los fosos de las fortificaciones’, deglutinación de lacunetta y éste diminutivo de lacuna ‘laguna’.
En Toscana
cunetta es un charco de aguas estancadas (Rigutini-Fanfani; ejs. del florentino Targioni, med. S. XVIII, en Tommaseo). Como término de fortificación ya se halla
cunetta en Floriani, 1654, y del italiano pasó al fr.
cunette, donde puede documentarse desde 1642
1.
El francés Théodore Corneille en 1694 asegura que antes se dijo en francés
lacunette. Aunque no tuviéramos este testimonio, deberíamos aceptar por razones semánticas y léxicas la etimología dada arriba, propuesta ya en el
DGén. y apoyada por A. Thomas,
Rom. XLI, 454. El caso del it.
zanella, de sentido semejante a
cunetta y derivado de
zana ‘cesta’, no es apoyo suficiente de la etimología
cuna, pese a Alessio (dicc. de Battisti). Es algo pueril la objeción de Wartburg (
FEW II, 1529
a) de que un
cunetta derivado de
cuna es tan natural como
lecho del río,
letto del fiume: una cama o yacija puede compararse a un cauce, pero la cuna de una corriente de agua sólo podría significar su manantial; además,
cuna es voz puramente poética en italiano, donde sólo se emplea
culla, a no ser en los dialectos del Norte de Italia. Aunque hoy haya predominado
laguna en este idioma, probablemente por influjo veneciano, la antigua forma toscana era
lacuna, y es la que emplean Dante y otros autores antiguos (vid. la Crusca, ed. 1763). La ac. caminera es hoy dialectal de Pistoia en Italia (Petrocchi).