CORRETAJE, tomado de oc. ant. corratatge íd., derivado de corratier ‘corredor’, ‘intermediario’, y éste de corre ‘correr’.
1.ª doc.: 1548, N. Recop. IX, xxx, 9.
También en Hevia Bolaños h. 1610, y en el
Guzmán de Alfarache (1599) en el sentido de ‘alcahuetería’. En portugués, además de
corretagem (ya en 1446), se halla
corretor ‘corredor, intermediario’, ‘alcahuete’, documentado por Moraes en varios textos de los SS. XVI-XVII, desde Lopes de Castanheda († 1559), y que según Vieira se halla ya en las
Ordenaç?es Affonsinas de 1446. Esta forma, junto con la idéntica que se encuentra en fueros aragoneses de los SS. XIII y XIV, lo propio que
corretería ‘correduría’ (Tilander, p. 327), hace pensar en un étimo
CORRECTOR ‘corregidor’, ‘reformador’, ‘censor’, ‘especie de gobernador de provincia’, aunque semánticamente sea poco satisfactorio. Análogamente se ha querido derivar el oc. ant.
corratier, fr.
courtier ‘corredor, intermediario’, de un
CORRECTARIUS, que se halla en latín medieval; pero como ya indicó A. Thomas (
Rom. XLI, 433), con aprobación de L. Jordan (
ASNSL CLII, 79n.2), este étimo debe rechazarse, entre otras razones porque no es más que una latinización tardía y sin valor del vocablo occitano: en efecto,
CORRECTARIUS sólo aparece en un doc. de Nimes del año 1454. Nuestra familia léxica está bien arraigada, desde la Edad Media, en catalán (
corrater,
corrateria,
corratejar,
corratadura, en docs. roselloneses de los SS. XIII-XIV; la forma aprovenzalada
corrateyra ‘alcahueta’ en el rosellonés B. de So, 1315-47;
Rom. LIV, 50;
correter, sin localizar, en 1448, vid. Ag.) y en francés (
courretier h. 1220,
courratier desde 1260, el disimilado
coletier en textos loreneses y valones desde 1247:
FEW II, 1568
b), pero el centro principal de la misma, a juzgar por la abundante documentación recogida por Du C., Raynouard y Wartburg, y probablemente su patria, estuvo en el Sur de Francia. Ahora bien, aquí son posibles y aun frecuentes los derivados en
-atier de radicales verbales:
clamatier,
logatier,
filatier,
pescatier, quizá
caussatier1.
Así se formó
corratier de
corre ‘correr’, y luego cruzándose con
corredor (que según Jordan ya se halla en doc. barcelonés de 1271, y disfrazado en
cursatores ya aparece como latino en 1194) engendró la forma aragonesa y portuguesa
corretor. El paso fonético de
corratatge a
corretaje, con
-e-, parece indicar un intermediario catalán oriental
2.
1 Para este tipo formativo puede verse Adams, Word-Formation in Old Provençal, 394-5, y sobre todo el trabajo de Giandom. Serra en el Volumul Omagial Lapedatu, Bucarest 1936 (comp. Rohlfs, ASNSL CLXXI, 278). Ya en lengua de Oc -atier presenta tendencia a trasladarse a la formación denominativa (boscatier, bovatier, coiratier, degatier, mulatier, etc.), y esta tendencia se ha consolidado en catalán (llenyater, peixater, ferrater, etc.) y en castellano, donde se halla peletero y alguno más, en todas partes, calçatair en mozárabe, pero sobre todo es muy viva en América: vinatero (Arg., etc.), arg. yerbatero, aguatero, cub. leñatero, bocatero, niguatero, etc. Pero el punto de partida en todas partes parece haber sido el tipo latino en -ATARIUS, propio especialmente del lenguaje jurídico de la baja época: donatarius, locatarius, destinatarius, etc., que partió de formaciones verbales en -ATUM, y que dió también nacimiento, en este caso por vía popular y ya no erudita, a las formaciones en -adero del tipo de panadero (vinadero en el Fuero de Zorita, § 829). De todos modos, el centro principal de este tipo formativo se halla en occitano y catalán, menos en castellano y mucho menos en francés.― ↩
2 Contra la etimología COLLECTARIUS sugerida por Spitzer y aceptada por M-L, bastan las razones aducidas por Wartburg, FEW II, 1574n.31. ↩