CORDERO, de un vocablo *CORDARIUS del latín vulgar, derivado del lat. CORDUStardío’, aplicado especialmente a los corderos.

1.ª doc.: 1025, Oelschl.

Otros testimonios tempranos: uno allifafe cordeiro (al parecer adjetivo)1, doc. de Toro, 1050 (M. P., Oríg., 29); corder, doc. de San Victorián, 1171 (ibid., 195); cordero en Berceo. El vocablo latino, que a veces se escribe chordus por influjo del grecolatino chorda ‘cuerda’, se aplica a los animales y plantas nacidos tardíamente, y en particular a los corderos («chordi dicuntur agni qui post tempus nascuntur», Varrón, R. R., II, 1, 19; CGL V, 14.1; Festo, 65.10). El tipo *CORDARIUS es común al portugués (cordeiro), castellano, catalán occidental (corder, ya en J. Roig, vv. 11205, 13664) y parte del gascón (courdè: Landas y Altos Pirineos). Otros derivados de CORDUS son Val de Bagnes (Suiza) cordyaira ‘oveja que aún amamanta’ (con influjo de cordelle ‘cuerdecita’, porque el corderito va tirado de una cuerda: Gauchat, GPSR IX, 60-63), calabr. curdascu ‘cordero tardío’ (Rohlfs, ZRPh. LII, 77); langued. regor, prov. alp. recourdoun, sic. riurduni íd. RE-CORDUS (ARom. XVIII, 374; FEW II, 1183a). La invasión de CORDUS en el terreno semántico del lat. AGNUS se explica porque éste en español y en catalán se confundía por evolución fonética con ANNUSaño’; en cambio el portugués ha podido conservar anho junto a cordeiro.

DERIV.

Cordera [984]. Corderaje. Corderilla. Corderillo. Corderina. Corderino. Corderuela, -uelo. Corderuna.

1 Acaso sea éste el uso originario, CORDARIUS, entonces, habría designado primero la carne y la piel del cordero, y sólo después se habría aplicado al animal mismo. Port. cordeira ‘piel de cordero’ en Fig.