Otros testimonios tempranos:
uno allifafe cordeiro (al parecer adjetivo)
1, doc. de Toro, 1050 (M. P.,
Oríg., 29);
corder, doc. de San Victorián, 1171 (ibid., 195);
cordero en Berceo. El vocablo latino, que a veces se escribe
chordus por influjo del grecolatino
chorda ‘cuerda’, se aplica a los animales y plantas nacidos tardíamente, y en particular a los corderos («
chordi dicuntur agni qui post tempus nascuntur», Varrón,
R.
R., II, 1, 19;
CGL V, 14.1; Festo, 65.10). El tipo
*CORDARIUS es común al portugués (
cordeiro), castellano, catalán occidental (
corder, ya en J. Roig, vv. 11205, 13664) y parte del gascón (
courdè: Landas y Altos Pirineos). Otros derivados de
CORDUS son Val de Bagnes (Suiza)
cordyaira ‘oveja que aún amamanta’ (con influjo de
cordelle ‘cuerdecita’, porque el corderito va tirado de una cuerda: Gauchat,
GPSR IX, 60-63), calabr.
curdascu ‘cordero tardío’ (Rohlfs,
ZRPh. LII, 77); langued.
regor, prov. alp.
recourdoun, sic.
riurduni íd.
RE-CORDUS (
ARom. XVIII, 374;
FEW II, 1183
a). La invasión de
CORDUS en el terreno semántico del lat.
AGNUS se explica porque éste en español y en catalán se confundía por evolución fonética con
ANNUS ‘año’; en cambio el portugués ha podido conservar
anho junto a
cordeiro.