CONSOLA, ‘mesa sin cajones, arrimada a una pared, destinada a sostener un reloj, candelabros, etc.’, del fr. console ‘ménsula fija a una pared y empleada como sostén de un balcón o cornisa, o como pedestal de una estatua’, ‘consola’, y éste derivado de consoler ‘consolar’ que en el lenguaje monacal de la Edad Media se empleó en el sentido de sostener materialmente.

1.ª doc.: ya Acad. 1884, no 1843 (citas de Pereda y Pardo Bazán en Pagés).

Lerch, ARom. XXIV, 167-187 (comp. Spitzer, ARom. XXIII, 92-93). El fr. console aparece ya h. 1600, en Olivier de Serres, para una especie de modillón o ménsula; del francés pasó también el vocablo al portugués, inglés y alemán. Anteriormente se halla en francés consolateur en este mismo sentido (1564, 1571), y en bajo latín hallamos consolationes y misericordiae en el sentido de ‘brazos de un sillón de coro’1. En español algunos pronuncian cónsola, por influjo de cómoda.

1 Lerch habla, a este propósito, de «la influencia espiritualizante de la Iglesia». Quizá no es buen ejemplo de este influjo, pues más bien se trata de ingeniosos eufemismos para disimular la molicie que en ciertas épocas reinó en muchos conventos medievales.