CONSERJE, del fr. concierge íd., de origen desconocido.

1.ª doc.: h. 1700, Palomino.

Se introdujo en España como voz de la terminología real de la Casa de Borgoña, junto con ujier, sumiller, costiller, acroy, etc., y asi al principio sólo se empleó para palacios y otros sitios reales, y hoy sigue estando restringido a los edificios públicos. Ya en francés antiguo se halla una variante dialectal concerge (vid. God. II, 219a), quizá propia de los dialectos orientales, de la cual saldría la forma española. En cuanto al origen del vocablo francés, deben rechazarse *CONSĔRVէENS (participio activo de un verbo *CONSERVզREservir junto a otros’), propuesto por Baist, RF XVI, 404, y *CONSĔRVէUS (derivado de CONSERVUScompañero en esclavitud’; derivación, por lo demás, injustificada), aceptado por Gamillscheg, Bloch y Wartburg (FEW II, 1067); y deben rechazarse no tanto por razones semánticas1, como morfológicas y por la imposibilidad fonética de explicar la -c- francesa, constante en la Edad Media (desde el S. XII) y confirmada por la forma picarda conchierge, según indicaron A. Thomas, Rom. XLI,: 452, y M-L. (REW 2159)2.

DERIV.

Conserjería.

1 God. documenta la ac. antigua ‘colega’, e interpreta como ‘servidor’ algunos de los ejs. medievales, aunque ello no es evidente. La restricción semántica al sentido de ‘portero, guardián’ no sería difícil, y aun sería concebible la pérdida de la idea de compañía, si bien la filiación semántica no está clara.―

2 Los propios datos aducidos por Wartburg refutan la etimología *CONSERVIUS que él quiere defender. Las formas picardo-flamencas en -ch- aparecen en todas partes desde h. el a. 1500, y así no es admisible que sean ultracorrecciones dialectales en tantos autores; que Froissart, que es algo anterior, emplee concierge no prueba que sus paisanos no pronunciaran con ch en su tiempo, pues el lenguaje de este autor está ya muy asimilado al francés de París. Por lo demás, más decisiva aún que la ch picarda es la c consonante desde el S. XII. Comp. los ejs. citados por Tobler, II, 654b. La grafía consergius de 1106, figura en una copia del S. XVIII, sin autoridad para el caso. No es admisible la sugestión de Gamillscheg, de que entre n y s se desarrollara una t epentética, fenómeno del cual existen ejs. en retorrománico, pero no en francés, pues en este idioma las nasales implosivas perdieron pronto su elemento oclusivo. Aunque el latín vulgar perdió el grupo -NS- y aquí se pudo restituir por influjo del prefijo CON-, debiéramos hallar otros ejs. de la misma t epentética en casos como conseiller, consoler, etc., lo cual no ocurre. El de anz ANNUS queda aparte, pues ahí la geminación impidió la pérdida del elemento oclusivo, comp. gascón an, con -n dental, frente a pa? PANEM, con nasal velar o mera nasalización vocálica.