CONEJO, del lat. CUNICŬLUS íd. y ‘madriguera, galería subterránea’.
1.ª doc.: conello, doc. de Huesca, 1130; coneio, Fuero de Madrid, 1202 (Oelschl.).
DERIV.
Coneja. Conejal [Aut.], conejar. Conejera [1059, Oelschl.], conejero [1208, íd.]. Conellino, ant., ‘piel de conejo’ [953, como adj. f. en 929: Oelschl.], forma arcaica leonesa. Conejillo. Conejuelo. Trasconejarse [Aut.]; la 3a. ac. (figurada) es usual, p. ej., en la Arg.
1 Para el sufijo de CUNICULUS, que pudo ser ya ibérico, vid. Bertoldi, Festschrift Jud, 231. Para un posible origen céltico, J. Hubschmid, ibid. 265-9. Pero es más convincente la tesis ibérica de Bertoldi en su importante trabajo de NRFH I, 141-4.― ↩
2 M. P., Oríg., 99, 288, cree que es qonǤáȳr y que viene de CUNICUL-ARIUS, con -C’L- > Ɂ como en castellano. Pero sería caso raro en mozárabe. Además esta opinión es más difícil en vista de la ausencia constante de vocal entre la n y la palatal, y de que ésta es a menudo Ƈ. Efectivamente, hoy en Marruecos se dice qonƇar junto qonǤâr (Lerchundi, s. v. podenco) y en Argelia qunšûr junto qunǤar (Beaussier, vid. Dozy, Suppl. II, 409b). J. Bosch Vilà, Al-And. XIX (1954), 143-8, cree que tiene el mismo origen el nombre de los dinares qanâšir (raramente qanâšîr o qanâšira) nombrados en una veintena de docs. árabes o aljamiados zaragozanos y oscenses de los años 1141-1305, como moneda de vellón (es decir, plata y cobre) corriente en Aragón, que por muchas razones cree él igual a los sueldos jaqueses de los docs. cristianos; se trataría de un plural árabe (normal por lo demás) de qunšâr o qunšáȳr. Aunque no da justificación semántica, no costaría imaginar alguna (¿por ser Aragón tierra de conejos?, etc.), y la fonética está en regla. El dato, por su localización, aporta nuevo apoyo a la etimología vasca propuesta por Simonet. Por otra parte es verdad que PAlc. escribe conjáyr y que en las escrituras granadinas y almerienses citadas por Simonet quizá se pueda leer de ambas maneras (si no hay texdid), pero claro está que la arabizacíón de Ƈ en Ǥ siempre era posible, mientras que, si la sorda no es antigua, no puede explicarse por influjo arábigo. Por otra parte el romanismo mozárabe qunálya (es decir, -?ྊa: Glos. de Leiden, etc.), qunílya (R. Martí), qunílyo (Asín, Glos., p. 29), tiene, como era de esperar, ly. ↩