CONDUMIO, origen incierto: se ha creído que podía proceder, sea de una alteración de su sinónimo antiguo conducho o de otras palabras castellanas conocidas; es más probable que se trate de una voz *COND֊MIUM del latín vulgar, con el sentido de ‘accesorios, pertenencias’, aplicada a los alimentos que acompañan al pan en las comidas; aunque originariamente derivada del lat. COND֊MA ‘conjunto de las pertenencias o accesorios de una casa rústica’, palabra formada con el lat.
1.ª doc.: 1601, Rosal (Gili); 1611, Covarr.
Spitzer, inspirándose en la etimología superficial de Rosal y de Covarr., ha sugerido repetidamente (RFE XII, 248; XIII, 119n.; XIV, 244) que condumio es galleguismo formado con el lat. CONDզRE ‘sazonar’ y el sufijo -ȢMEN, sea admitiendo que a la forma regular y fonética *condume se agregara un sufijo romance -´io (comp. premia derivado de PRĔMĔRE), sea por un desarrollo anómalo de dicho sufijo -ȢMEN que hallaríamos en el gall. vimio ‘mimbre’ VզMEN, -էNE; todo ello se basa en el caso paralelo de aramio, andamio, que según el propio Spitzer contendrían simplemente el sufijo -AMEN, pero ya he indicado en los lugares respectivos que la formación de -amio es otra. En cuanto a condumio, el razonamiento de Spitzer no es nada más que especioso: en realidad premia se formaría ya en latín vulgar o en fecha muy antigua dentro del romance, mientras que -ȢMEN, -umem en gallegoportugués arcaico, no perdió su segunda nasal hasta la caída de las nasales intervocálicas portuguesas, que difícilmente podemos colocar antes del S. X, época demasiado tardía para que se agregara entonces un sufijo átono -io; en cuanto a vimio, claro está que es forma regresiva sacada secundariamente de vimieiro, vimieira VզMէNARIA. No habría otro medio de salvar fonéticamente la hipótesis de Spitzer que admitiendo un verbo *CONDȢMէNARE > *condumiar, cuya existencia podría apoyarse en el luqués condominare ‘aliñar con especias’, por lo demás voz completamente aislada, que el REW, 2122, deriva de un lat. vg. *CONDզMEN, junto al cual podría imaginarse la existencia de una variante *CONDȢMEN: éstos y CONDզMENTUM formarían un trío más o menos comparable a REGէMEN, REGէMENTUM y REGŬMEN (documentado éste en una glosa de Plácido: CGL V, 96.20)2. Mas para todo esto haría falta hacer verosímil, 1.º que existió *condumiar, verbo del cual no existen huellas; 2.º que la palabra española es de origen gallegoportugués, cuando en realidad es completamente ajena a la lengua del país vecino y es muy dudoso que en gallego sea algo más que un castellanismo3.
Mucho más importante que tan arriesgadas especulaciones es el hecho de que condumio no es palabra anterior al S. XVII4, y de que lo que se emplea en la Edad Media, y hoy todavía en judeoespañol, es sólo conducho, exactamente con el mismo matiz5; conducho es todavía lo único que se halla en los refraneros del S. XVII: «Donde no entra conducho entra pan mucho», «no se cuece trucho sin conducho» (Correas), y esta ausencia de la variante condumio en un ambiente lingüístico tan arcaizante como el del refrán, me parece significativa. En qué forma se produciría la alteración de conducho en condumio es más difícil de averiguar, aunque parece seria por contaminación o cruce con otra palabra. Quizá ésta fuese concomio, que bien pudo significar primitivamente ‘condumio, lo que se come con el pan’, puesto que es derivado de comer mediante el prefijo con-. A la verdad concomio sólo es conocido en el sentido de ‘acto de sentir comezón’, ‘sensación del que se concome’, y por esto me guardaré de pretender que esta explicación no es hipotética; pero lo es menos que la etimología CONDզRE.
Leo Spitzer, MLN LXXI, 281: *COND֊MէUM ‘accesorios, pertenencias’, derivado del latín tardío COND֊MA, -ŬMA, «domus cum curia et ceteris necessariis», y como paralelo indica oportunamente el alem. zubehör ‘derecho suplementario que se da al poseedor de un dominio’, de ahí ha pasado a ‘objetos necesarios para emplear una herramienta, máquina o vivienda’ y finalmente ‘manjares que acompañan ciertas bebidas o platos’ («schokolade, thee, kaffee und zubehör») haciéndose sinónimo de los alem. zukost, zubrot, y casi equivalente del lat. companaticum y cast. condumio. Claro que no habría dificultad fonética (en vista del cat. nuvi casi podemos prescindir de que N֊VէUS da novio en castellano, y por lo demás también podríamos admitir *CONDŬMIUM como base correcta, pues CONDŬMA, aunque sólo documentado desde Gregorio el Magno, puede ser tan originario como anculus de am-colos o alumna de alomena). Y en conclusión me inclino a creer que con esta idea luminosa ha dado Spitzer en el clavo y despejado otra incógnita. Sólo me atrevo a sugerir que esperemos algunos años antes de dar el asunto por solventado, y si entonces los eruditos no documentan el concomio *‘condumio’ que hacía falta para mi etimología, daremos todos la razón a Spitzer, y él me la dará a mí cuando afirmo que bastantes veces tenemos que prescindir de su regla de «explicar lo castellano por lo castellano», y que en ciertos casos postular audazmente vocablos indocumentados puede ser, al fin y al cabo, lo más prudente6.
1 Comp. hoy, en el Ecuador, condumio «relleno de queso o carne sazonada que se pone en las humitas, hallacas, tamales» (Lemos, Semánt., s. v.); ¡condumbio de cacahuate! gritan por la ciudad de Méjico los vendedores de este dulce, según Ramos Duarte: esta b se explica como fonema epentético entre la m y una pronunciación muy cerrada de la semiconsonante que la sigue. Para Salamanca define Lamano «comida aderezada que se sirve a la mesa; abundancia de comida», pero este autor se inspira a menudo en las definiciones académicas.― ↩
2 Aun podría conjeturarse que CONDUMEN esté documentado en la glosa «Conduma est cumina», CGL V, 617.2 (Cod. Vatic. 1468, S. X), a base de enmendar condum
3 Registra condumio solamente Vall., pero no las fuentes anteriores, Cuveiro y el glosario de h. 1850 publicado por Leite de V., RL VII; tampoco el del gallego del Limia por Schneider (VKR IX). Lo he buscado vanamente en muchos glosarios de textos antiguos gallegos (Lang, Canc. Gall.-Cast.; Crón. Troyana; Cantigas) y portugueses. Rosalía de Castro emplea en este sentido compango (glosarios de Cantares Gallegos y de Follas Novas). Nótese que así Cuveiro como Vall. dan conducho y condocho ‘comida’ como anticuados, y aquí es evidente (por la fonética) que se trata de castellanismos. De todos modos esto prueba que el figurar una palabra en Vall. no es prueba de que sea genuinamente gallega. También Correas atribuye a Galicia el refrán que cito más abajo, pero deberá entenderse que en él cambió las formas gallegas conduito y muito (u -oito) por las castellanas correspondientes. Debo reconocer que yo mismo había pensado en la etimología de Spitzer antes de conocerla, y aun había imaginado combinaciones más «construidas», como *COMED-ȢMEN, o *COMEDULIUM (paralelo a edulium, edulia, glosado por «alimenta» o «victualia» en muchas glosas: CGL VI, 374) > *COMEDUMIUM (por dilación). Nada de esto tiene la menor verosimilitud.― ↩
4 No hay que hacer demasiado caso de la afirmación que hace Covarr. de que es «vocablo antiguo rústico», por lo menos en su primera parte. No lo hallo en los varios glosarios de las obras de J. del Encina, Lucas Fernández, Gil Vicente y Torres Naharro, que están a mi alcance, y creo que en efecto no figura en estos autores.― ↩
5 Véanse los ejs. de varios autores citados por Fz. Llera en su Vocabulario del Fuero Juzgo, y en particular el siguiente, sacado de este texto legal: «fáganles fazer por treinta dias penitencia, assí que... non coman conducho, nen bevan vino, fueras que a ora de viésperas coman un poco de pan d’ordio por sustinemiento del cuerpo, e bevan un vaso d’agua». Condoito se halla también con igual sentido en la Crónica Troyana en gallego.― ↩
6 A este propósito llamo la atención hacia el condamina de las Notas Tironianas, que Hofmann (en Walde-H.) ha señalado como diminutivo de condoma. Se trata sin duda de CONDOMզNA y de ahí es de donde viene el cat. ant. conomina, hoy coromina ‘campo adyacente a una granja o masía’, oc. coundoumino, coundamino, que el REW, siguiendo a Balari y Montoliu, derivaba de CONDOMէNէUM, con escaso rigor fonético. Tampoco hay por qué admitir contaminación por parte de CONDOMINIUM, pues si Du C. da ejs. de condominium con el sentido de condomina, no es por contaminación, sino por una latinización arbitraria. Lo único debido a contaminación es la -a- (> -e-) de la variante minoritaria coundamino, condemine, debida al influjo de dame DOMINA, al parecer, aunque condamina ya parece estar documentado en San Cesario de Arles, † 543, Bull. Du C. XVII, 135ss. (V. algún pormenor más sobre estos vocablos en BhZRPh CXV, 90-92). ↩