COLOSO, tomado del lat. colŏssus y éste del griego κολοσσóς ‘estatua colosal’.
1.ª doc.: F. de Herrera, RFE XL, 149; 1587, Ant. Agustín.
DERIV.
Colosal [Terr.], en francés ya en el S. XVI; en latín se decía colossicus, en griego κολοσσιαƗος. De éste procede el lat. colossēus que se empleó sustantivado para designar el grandioso Anfiteatro Flavio de Roma, de donde el it. Colossèo, vulgarmente ColiɊèo1, y de aquí el cast. coliseo [1545, aplicado a la Antigüedad; en el sentido de teatro moderno donde se representan comedias u óperas, ya en Góngora ―vid. Alemany― y en Varén de Soto, † 1673]; el nombre parece explicarse por las dimensiones colosales del edificio (Pauly-Wissowa, Realenzyklopädie der Alt. VI, 2516) y no, como se ha dicho muchas veces, por la estatua colosal de Nerón (Andrés Agustín, 1587, dice de Domiciano) que había cerca del edificio.
1 Corrupción inexplicada que ya se halla en el bajo latín del venerable Beda (princ. S. VIII) y, en italiano, por lo menos desde el S. XVI (Vincenzo Borghini). ↩