CHICHARRÓN, ‘residuo de las pellas del cerdo, después de derretida la manteca’, de una raíz, onomatopéyica CHICH-, imitadora del ruido del chicharrón al freírse, común al castellano con el vasco, el gascón pirenaico y el italiano.

1.ª doc.: S. XIII, Libro de los Cavallos 26.16; h. 1400, Glos. de Toledo y del Escorial1; 1611, Covarr.

Posteriormente aparece a menudo: en Quevedo, el Estebanillo González, etc. Beira chicharrões (Fig.), Alto Aragón chichones (Echo, Embún, Panticosa, Biescas, Torla, Fiscal: Kuhn, RLiR XI, 209), chinchorros (Ansó, Aragüés: íd., ibid., 104), chinchorras (Echo, Urdués: Rohlfs, BhZRPh. LXXXV, § 70), chinchiróns (Venasque), chichorras, chicharros2 (Borao), vasco txintxar, txintxorta3, xixkor, txingor, txinkor, aunque Michelena, BSVAP XI, 286, explica parte de los nombres vascos como compuestos sin relación con el romance. Bearn. chinchoûs (Baretous, Aspa), gascón chichoûs (Lavedán: Rohlfs), La Teste (Gironda) chichoun (= ƇiƇú) (Moureau), it. cìcciolo, cicciolotto, vulgarmente ciccio, florentino sìcciolo (Petrocchi, Fanfani-R.). En vista de la existencia en italiano es imposible que se trate de un vasquismo, como propuso Rohlfs, ZRPh. XLVII, 398-9 (también RLiR VII, 158); es preferible la explicación alternativa del mismo autor: se trata, en vasco como en romance, de una onomatopeya del ruido de los chicharrones chirriando en la sartén (comp. achicharrar, abajo). En Cuba y Colombia, chicharrón es parte muy gorda del tocino, sobre todo su corteza, frita en la sartén; en Bogotá los venden por las calles en una forma como de medias lunas o cuernos retorcidos, de color blanco: por lo visto hacen derretir el tocino y luego lo dejan cristalizar. En vasco y quizá en parte de Aragón y Gascuña, el vocablo sufrió una nasalización por influjo del vasco txinkha ‘chispa’.

DERIV.

Achicharrar [1644, Ovalle], antes chicharrar [Quevedo], ‘abrasar’, procedente de la misma onomatopeya. Chicharro ‘chicharrón’ (falta aún Acad. 1899).

1 Con la traducción latina cremium, que si bien en latín antiguo sólo significaba ‘leña seca’, en la Edad Media aparece con el significado de ‘chicharrón’ (Juan de Janua). Más extraño es que el glosario del Escorial lo emplee además para traducir a strigilis ‘almohaza’.―

2 Llega hasta el catalán de Huesca (Tamarit de Llitera, Roda): BDC XIX, 221.―

3 Comp. alav. chinchurca: Baráibar. La antigüedad de este vasco txintxorta está corroborada por su supervivencia en el Valle de Ojacastro, donde el vascuence vivió hasta la mitad de la Edad Media: chinchorta ‘parte carnosa que queda al derretirse la manteca de cerdo’, Merino, RDTP X, 10.