CHAPARRÓN, de la raíz onomatopéyica CHAP-, que expresa el ruido del golpe aplastante de la lluvia al caer violentamente sobre las plantas y cosechas.
1.ª doc.: Aut.; chaparrada, en el mismo sentido, 1605, Pícara Justina.
García de Diego, RLR LX, 153-4. Del mismo origen murc. chapetón íd. (G. Soriano), salm. chapurrón (Lamano), val. xapallada, xapalló (Escrig); y, con variantes en la base onomatopéyica: vasco vizc. guip., ronc. zapar ‘ruido de una lluvia muy fuerte’, vizc. zaparrada ‘chaparrón’ (de origen romance)―relacionado con el vasco: a. y b. nav., lab. y sul. zapatu ‘aplastar’, vizc. y guip. zapaldu―, cat. xàfec ‘chaparrón’, cast. vulg. chaspazo, charpazo íd. Es común dar al chaparrón un nombre derivado de la idea de ‘aplastar’, como lo muestran el cast. golpe de agua, port. pancada de água, cat. xàfec (junto a aixafar ‘chafar, aplastar’), port. bátega, pallar. bàtec, rosell. abatut, aran. bategat íd. (BDC XXIII, 277; Misc. Fabra, 180), derivados de BATTUERE ‘batir, golpear’. Hubschmid, Pyrenäenwörter vorroman. Ursprungs, 45, busca parentela «pre-indoeuropea» a este vocablo. En realidad, se trata de voces onomatopéyicas y expresivas, sin parentesco genético.
DERIV.
Chaparrada (V. arriba).