CHACRA, ‘huerta, campo de riego labrado y sembrado’, sudamer. y centroamer., del quich. ant. Ƈákra (hoy Ƈára) íd.

1.ª doc.: chacra, 1540, en Fz. de Oviedo, con referencia a la expedición de Orellana.

Friederici, Am. Wb., 159-160; Lenz, Dicc. 235-6; Cej. IX, § 197. En los cronistas del S. XVI predomina la forma con anaptixis chácara. Hoy todavía, en la Argentina, se vacila entre chacrita y chacarita, y en todas partes se emplea sólo chacarero. Como quichua, chakra «campo, heredad sementera, sembrío» ya está en Gz. de Holgín (1608). Es de las pocas voces quichuas que se han extendido hasta Costa Rica, Guatemala y el Salvador; también al Brasil, y es general en América del Sur. Por una pronunciación dialectal del quichua se explica el ecuat. chagra ‘campesino’. Para acs. varias en la Arg., vid. Lizondo1.

DERIV.

Chacarero. Chacrita o chacarita.

1 Son evidentemente imposibles las etimologías arábigas que cita este erudito, y que le hicieron cierta impresión. El vocablo xarragui ‘huerta de recreación’, registrado como arábigo por Covarr., es palabra desconocida. Schakra ‘terreno cuidado’―parece referirse a šakâra ‘trozo de terreno del propietario, que el jardinero siembra para su uso’―es voz peculiar del vulgar moderno del Líbano (Mohit, Belot), y no explica la ch- ni el acento de chacra. El Ȑard šaǤȐ ‘terreno abundante en árboles’ (que Eguílaz cree falsamente étimo de cigarral) es evidente que en nada se parece a chacra.