CHABOLA, ‘barraca’, ‘albergue provisional’, del vasco txabola ‘choza’, ‘cabaña’, que parece ser voz bastante antigua en vasco, si bien quizá provenga en definitiva del fr. ant. jaole ‘jaula’, ‘cárcel’ (hoy geôle), procedente del lat. CAVEOLAjaulita’.

1.ª doc.: xavola o chavola «casa provisional o de poca importancia», como voz asturiana, en Rato, 1891; Acad. falta aún 18991.

Vigón: «chabola: caseta de madera para guardar herramientas». Hoy es de uso popular, además, en Galicia (BRAE XIV, 113), Salamanca (Lamano), Bilbao (Arriaga, Revoladas, Vocab.), Álava (Baráibar), Sevilla, Madrid y en toda España. Del vasco pasó directamente al alto aragonés de Ansó, Osa y Echo, donde designa una choza de piedra (Kuhn, ZRPh. LV, 604). En vasco el vocablo presenta varias formas: vizc. (‘choza de leñador’ ya en el vizc. Domingo Aguirre, a. 1897, Auñ. I, 108-21) y guip. txabola ‘choza’, en Roncal y Baja Navarra ‘caseta de carabinero’, guip. txaola ‘choza’, b. nav., lab. y sul. etxola, a. nav. y guip. etxol ‘choza, cabaña de pastor’, guip., b. nav. etxabola ‘choza’, ronc. txola ‘pocilga’ (Azkue; análogamente Manterola), vasco-francés xola, xolatxo, xolopio ‘cabaña de pastor’ (Lhande I, 66); nótese que txabola y etxola conviven, ambos con el significado de ‘choza’, en el dialecto guipuzcoano de Alquiza observado por Navarro Tomás (Homen. a M. P., III, 648), lo cual puede indicar diferente etimología de los dos vocablos o bien entrada de un vocablo forastero en dos diferentes épocas, con adaptación divergente. De todos modos la amplia difusión del vocablo, sus formas variadas, indican la antigüedad del mismo en el idioma vasco. En español no designa una choza de pastores, sino un albergue provisional, una barraca de construcción improvisada o algo intermedio entre ésta y una tienda; utilizan chabolas los que trabajan en obras que se nacen en pleno campo, los soldados en campaña, etc. El distinto carácter de la construcción ya sugiere por su parte que es palabra heredada de antiguo en vasco y tomada de éste en castellano. En esta lengua, según reconoce A. Castro, debieron difundirla los vizcaínos que trabajaban en las obras del ferrocarril a mediados del siglo pasado. Sin embargo, subrayó este autor atinadamente (RFE XX, 60-61) que en vasco su etimología no es clara, pues si viniera de etxe ‘casa’ + ol ‘tabla’ (también ‘madera’), en el sentido de ‘casa de tablas’ (según indicaron Manterola y Baráibar), debiéramos tener *oletxe y no etx(e)ol; de ahí concluye Castro que el vocablo, lo mismo que el cast. jaula, procederá del fr. ant. jaole ‘jaula’, ‘cárcel’, con adaptación fonética al vasco etxe ‘casa’2. Es una conjetura muy plausible desde todos los puntos de vista. Sólo resulta sorprendente la diferencia de significado, pues no parece que los descendientes galorrománicos de CAVEOLA tengan en parte alguna el de ‘cabaña’ o ‘choza’. Bähr, ZRPh. L, 756, cree que el vocablo vasco es autóctono y contiene etxe3, pero no agrupado con ol ‘tabla’, sino con ola, que él traduce «Stelle», «Stätte» (local, lugar), y que no deberá identificarse con la voz ola de Azkue, que es ‘ferrería’ en el vasco común, ‘cabaña’ en Roncal y en Sule, ‘habitación, morada, tienda de campaña’ en Laburdi4, sino con el sufijo locativo que aparece en voces como egurrola ‘almacén de madera’ (de egur ‘leña’), azaola ‘berzal’ (de aza ‘col’); comp. el bilbaíno arribolas ‘cantos rodados con que se empedraban antiguamente las calles de Bilbao’ (Arriaga, Revoladas, s. v.), derivado evidente de harri ‘piedra’. Será preferible dejar la cuestión en manos de los vasquistas, a quienes pertenece.

De todos modos, Michelena (BSVAP XI, 284) se inclina a creer que no es palabra autóctona en vasco; el hecho es que etxola ya se documenta como vasco en 1630. V. su nota para la distribución primitiva de las variantes vascas etxola y txabola. Del conjunto de los hechos señalados en la nota de Michelena y en mi artículo parece deducirse que la palabra vasca se tomó ya hace algunos siglos del fr. ant. y provincial jaole ‘jaula’, alterado fonética y semánticamente por influjo de los compuestos vascos en etxa- ‘casa’, y que del vasco pasó al castellano en el siglo pasado.

1 En su última edición la Acad. registra chabola y una variante chaola.―

2 La cita del cast. ant. javola ‘jaula’, variante empleada por D. Juan Manuel y en la Gr. Conq. de Ultr., sugiere que a los ojos de Castro el vocablo francés no llegó al vasco desde Francia, sino desde el castellano. Esto sería ciertamente excesivo si fuese realmente la idea del autor. La formación de una b o v intervocálica en contacto con vocal posterior no es fenómeno raro en castellano, aunque esporádico, pero es mucho más frecuente en vascuence, y ahí ocurre normalmente. Además, como jaula no fué palabra traída directamente por franceses que viviesen o viajasen en España (como los antiguos galicismos eclesiásticos y muchos caballerescos y comerciales), sino palabra propagada de comarca en comarca a través de la lengua de Oc y de los Pirineos, y como no existe en catalán ni en los dialectos de Oc orientales, pero sí en gascón (Gers jauolo, Bearne jaule, ‘cárcel’: Palay), está claro que debió pasar por los Pirineos Occidentales, o sea a través del País Vasco.―

3 Fonéticamente no habría dificultad, pues en composición etxe toma frecuentemente la forma etxa: etxajaun ‘dueño de casa’, etxaburu, etxalegor, etxamitil, etxaseme; para lo mismo y para la aféresis de e-, comp. el romance Javier, ant. Xavierre < vasco etxa-berri ‘casa nueva’. Según Rohlfs el arag. (a)zolle, cat. soll f., ‘pocilga’, viene también del vasco etxola ‘cabaña’, sugestión menos atractiva a primera vista, cuyo estudio aplazo para mi DECat.―

4 Claro que no es imposible que este ola se extrajera secundariamente de etxola, si éste era extranjerismo, por un análisis popular que percibiera en él la palabra etxe ‘casa’.