CERCETA, del lat. vg. CERCEDŬLA, lat. QUERQUETŬLA íd.
También port.
cerceta (Mor., Fig.) o
serzeta (Fig.); en gallego tiene empleo meramente local: Sarm. lo conocía sólo en el extremo Norte (Viveiro,
CaG. 103
r,
A20
v); cat.
cerceta2,
xarxet (Fabra),
sarset (Tortosa:
BDC III, 109); por otra parte, oc. ant.
cercela (hoy
sarcello, Mistral;
so-, Vayssier), fr.
sarcelle, Bari
tertsédola (
REW 6952). En latín se halla
QUERQUETŬLA en Varrón (Ernout-M.),
QUERQUEDULA en varias glosas (
CGL III, 17.59, 319.13, 526.62), en otras,
quercedula (III, 497.46),
cercedula (258.12),
circetula (188.41); en griego
κερκιȎαλίς ‘garza’ (Hesiquio, comp.
κέρκος ‘gallo’ ibíd., y vid. Walde, s. v., y la forma
κερκƲƌƓς que figura en las glosas citadas III, 319.13, 526.62,
cercedes, con grafía latina en 497.46). Hallándose estas formas griegas en Hesiquio, que contiene tantas palabras del griego de Sicilia, no tiene mucho sentido decir que la voz latina viene del griego; tampoco es seguro que se formara en latín con una palabra gala
kerku (deducible del céltico insular), más la terminación de
FICEDULA (Jud,
ASNSL CXXIV, 402). Lo más probable es que las palabras de todas estas lenguas, el alem.
krick-ente, etc., sean onomatopeyas paralelas, formadas con el grito del animal. Como indica M-L.,
Einf., § 147; el latín vulgar disimilaría
QUERQUEDULA en
*CERQUEDULA (como
CINQUE por
QUINQUE) y luego igualaría en
CERCEDULA para restablecer el carácter reduplicado de la formación. En cuanto a la terminación de las formas hispánicas, puede pensarse en cambio de sufijo, partiendo de la etapa galorrománica
*CERCELLA >
*CERCITTA, o bien suponer una formación regresiva
*CERCETTA partiendo del
QUERQUETULA de Varrón, según quería Claussen (Walde), lo cual quizá sea más aventurado, pero no es imposible, pues la reduplicación -
TT- es típica de las palabras de cuño popular en latín, y en cierto modo podía reemplazar a la terminación diminutiva.