CENTINELA, del it. sentinella ‘servicio de vigilancia que presta un soldado en un lugar fijo’, ‘el soldado encargado de este servicio’, derivado de sentire ‘oír’, ‘sentir’.
Cabrera, s. v.; Cuervo,
Obr.
Inéd., 382; Terlingen, 184-5; Cej. VIII, § 68. Todavía D. Hurtado de Mendoza, h. 1570, califica
centinela de vocablo nuevo y extranjero, explicando que antes se llamaba
atalayas a los centinelas de día, y
escuchas a los de noche (término empleado todavía por Hernando del Pulgar, en 1490). La ac. primitiva fué la abstracta (ya en Garcilaso); a consecuencia de ello, como denominación del soldado que hace la centinela, el vocablo se empleó primero como femenino (así hasta Cervantes y aun en Larra), lo mismo que
guarda,
escucha,
imaginaria, etc., que se hallan en el mismo caso. Para la derivación del vocablo en italiano, V. los materiales allegados por Spitzer,
ARom. VII, 394-6, y especialmente
gherminella ‘juego de manos con que se hace desaparecer algo’, derivado de
ghermire ‘coger’. Alessio,
RLiR XVIII, 43-44, cree que el punto de partida preciso es el it. ant.
sentina «accortezza» (Monaci,
Crest., 511), lat. tardío
sentinare «subtiliter periculum vitare» (
CGL V, 513.41;
Bull.
Du C. IX, 425); pero hay que atender a las rectificaciones de Prati,
RLiR XIX, 201. La
c castellana se debe a la articulación convexa y predorsal de la
s italiana. De este idioma proceden también el fr.
sentinelle y las formas de los demás idiomas
1.