CEMENTERIO, tomado del lat. tardío coemetērium íd., y éste del gr. κοιμƓτƲριον ‘dormitorio’, derivado de κοιμĘν ‘acostar’.
1.ª doc.: cimiterio, ciminterio, Berceo; cementerio, h. 1400, glos. de Toledo.
De la última forma se citan ejs. anteriores, pero en ediciones inseguras. El etimológico cemeterio se halla todavía en la Agricultura de Pineda (1589); cimiterio en la Gr. Conq. de Ultr. (Rivad. XLIV, 142); port. cemitério, gall. cimeterio (Castelao 171.17); cimenterio, en las Partidas I, tít. XI (ed. Acad. de la Hist., I, 371); etc. Para las diversas variantes del vocablo, vid. Cuervo, Ap., § 804, Obr. Inéd., 192. La n adventicia se halla también en el cat. cementiri, oc. cementeri, en varios dialectos franceses y alto-italianos, en el pol. cmentarz, etc.; este último da razón a Schuchardt (ZRPh. XXXV, 75) cuando admite que no es debida―o no es debida únicamente―a influjo de CAEMENTUM ‘cimiento, cemento’, sino a propagación fonética de la nasalidad. La ac. ‘cementerio’ se halla ya en griego y en latín tardíos, pero sólo en autores cristianos.
DERIV.
Cementerial.