CAÑADA, ‘recipiente o medida para agua’, parece ser derivado de CANNA ‘caña’, en el sentido de ‘caño por el cual sale el líquido de la cañada’.
1.ª doc.: h. 1300, Gr. Conq. de Ultr.; J. Ruiz 1175c (canada G, cañada S).
DERIV.
Otros derivados de CANNA con la misma ac.: cañado ‘medida para líquidos usada en Galicia’ [canados de vino en Villafranca del Bierzo, 1283: Staaff, 100.21; Bierzo cañada ‘nueve cuartillos de vino’ (Sarm. CaG. 141v); gall. canado ‘medida de dos cántaros de vino’ (CaG. 63v)]; canadiella ast. ‘medida de sidra’ (Rato) [cannatilla, 1025, Oelschl], comp. cat. canadelles ‘vinajeras de la misa’; caneca ‘vasija de barro’, etc.: salm., ast., cub. [1836 (1875)], venez., ecuat., arg., gall. y port.1, de donde caneco.
1 El port. canéka (-?ka) se documenta en P. A. C. GarçƟo (1724-72) y en los diccionarios de Moraes, Vieira y JoƟo de Deus (med. S. XIX). Como Coelho dice que originariamente sólo debía designar vasijas de forma cilíndrica, se deduce que también las designa de otra forma, aunque Moraes, ed. 1890 y Figueiredo (pero no Vieira ni J. de Deus) hablan de la forma cilíndrica, pero deben estar sugestionados por la supuesta etimología cano ‘caño’; el matiz de ‘cilíndrico’ está comprobado sólo para el masculino caneco, que más bien parece ser secundario (figura en los mismos diccionarios, pero sin la cita de GarçƟo), pues canéco es también ‘sombrero de copa’ y ‘calhandro’ («bacio alto de forma cylíndrica»). Lo característico y constante parece ser que es vasija de barro o de madera, para beber (de ahí caneco ‘borracho’). Aunque caneca y caneco tienen ambos e abierta (J. de Deus, Moraes, Vieira) esto debe de ser secundario (abertura por obra de la -a, primero en caneca), pues la existencia en ast. y salm. parece indicar que es autóctono en leonés. El sufijo nos orienta a buscar un origen prerromano a todo el vocablo (cf. charneca, boneca, etc. prerromanos, aunque no es razón terminante, pues bolheca ‘copo de nieve’ debe de ser románico). Ahora bien, se ha supuesto la existencia de un céltico caneco ‘oro’ y como los sufijos -ecco, -icco están precisamente bien documentados en galo, podría imaginarse un derivado céltico de dicho vocablo canecco- ‘áureo’ ‘vasija de oro’; de todos modos, siempre habría que echar mano del influjo de CANNA para explicar la -n- conservada en portugués. Sobre todo hay que desechar la idea porque dicho céltico caneco- no parece tener otro fundamento que el compuesto galo caneco-sedlon, cuyo sentido no consta, aunque parece que sedlon sea ‘asiento, sede’, y parece que si al primero se le ha supuesto el sentido de ‘oro’ es sólo por una supuesta etimología: = scr. clásico kánakam ‘oro’ (ya en el Panchatantra I, 6, etcétera), gr. κνƓκóς, κνŗκóς, ‘amarillento’ ‘cártamo’, germ. hunig, honeg ‘miel’. Pero hay fuertes razones para creer que el scr. kánakam no sea indoeuropeo, sino voz austroasiática (emparentada con kamalaɅ, kandalaɅ, kakandaɅ ‘brillante’), vid. Mayrhofer. Y además otros suponen que caneco-sedlon signifique ‘sede de tribunal’, cf. irl. cáin ‘ley’; ni Walde-P., ni Stokes-B. ni Mayrhofer hablan del galo caneco. ↩