CARNICOL, ‘taba, astrágalo, hueso del tobillo de los animales, que se emplea para una especie de juego de dados’, probablemente derivado de carne, pero es incierto del todo el origen de la terminación.
1.ª doc.: h. 1440 (Andanças de Pero Tafur), al parecer en la ac. ‘pedestal’1; Nebr., en el sentido de ‘astrágalo’.
1 «Al otro costado della [la iglesia de San Pedro de Roma] está una alta torre fecha de un pedaço de losa, al modo de un diamante de tres esquinas, e puesto sobre tres carnicoles de latón; ansí que muchos, pensando que sea cosa santa, pasan entre el suelo e el asiento de aquella torre. Esta fué una obra fecha por reverencia de Jullio César, e asignada por su sepoltura», ed. 1874, p. 26. Se trata del obelisco egipcio del Vaticano. Según Moroni, Diz. di. erud. st. eccles., citado por el anotador, descansaba antiguamente sobre cuatro cubos de bronce, dos sueltos y dos sujetos con pernos. Puede tratarse de una aplicación figurada de la ac. ‘astrágalo’, en cuanto un monumento descansa sobre su pedestal, tal como el animal erguido sobre sus astrágalos. Ello es tanto más probable cuanto que la taba es hueso de forma cúbica. No veo cómo podría ser ac. originaria.― ↩
2 «Pees» en cuatro poblaciones portuguesas (del Alto y Bajo Duero, Extremadura y cerca de Setúbal), RPF XI, mapa 12.― ↩
3 No creo en la etimología occitana de español, defendida por Aebischer con razones sólo especiosas. No sé en qué relación está con carnicol el arag. carnigüelo (Litera, Bolea), carnagüelo (Panticosa), carnabol (Lanuza de Tena), carnarol (Torla, Fiscal), citados por Coll Altabás y por Kuhn, RLiR XI, 92, 193; la última forma está por *carnagol, a juzgar por Panticosa monarillo ‘monaguillo’ (ib., p. 197), y otros ejs. análogos reunidos en la obra citada, p. 109. Pero el vocablo significa ‘diente de león (taraxacum officinale)’, hierba empleada como ensalada. ¿Habrá algún parecido de esta planta con una pezuña de animal, como lo hay indudablemente en la llamada garra de león en la Argentina, que no creo sea la misma que el diente de león? - ↩
4 Aut. dice que el carnicól (que acentúa así) era cierto juego que se usaba antiguamente con el hueso del talón de la vaca, «pero oy se ignora el modo». Luego era palabra muerta para los autores de este diccionario, por lo menos en esta acepción. Como las demás autoridades del vocablo son más antiguas, ¿cabría deducir de ahí la posibilidad de que carnicol se acentuara en la í, y que una vez muerto el vocablo los lexicógrafos lo acentuaran erróneamente guiándose por caracol? Ahora bien, en Salamanca se dice estar en carnícoles (acentuación que el DHist. ha mudado identificando el vocablo con carnicol) aplicando esta frase a las aves cuando están sin pluma, y en el mismo sentido se dice también estar en carnículas. No hay duda de que se trata de la misma palabra que carnícula ‘carnosidad’ en Gordonio (S. XV), voz latina que aparece en el mismo sentido en glosas latinas tardías (CGL II, 354.58), diminutivo de carne. No hallo el vocablo en otros diccionarios dialectales, a no ser en el valenciano de Escrig (no en Lamarca), que acentúa carnicòl, pero este léxico es de poca confianza en vista de los muchos vocablos que copia del diccionario académico español. Es verdad que según Aguiló hay una calle llamada Carnycols en Valencia, y el catalán Tomich (1438), 14, cita esta forma como apodo de un rey. Deberá entonces entenderse ny, no como equivalente de ñ, sino como n + la conjunción y, y se tratará de carn más cols ‘coles’. Giner i March, después de interrogar a muchos valencianos y proceder a una encuesta en el matadero de la ciudad, me comunica que carnicol no es hoy palabra viva ni conocida en Valencia. El nombre de la calle en cuestión también se ha perdido actualmente, pero está bien documentado: era el callejón hoy llamado del Beato Juan de Ribera. Llevó el nombre Carrer de Carn y Cols desde el plano del P. Tosca (princ. S. XVIII) hasta el nomenclátor de Carboneres de fin del S. XIX. Pero esto puede resultar de una etimología popular. Orellana, Valencia Antigua y Moderna (I, 353-7), le llama Carrer de Carnicol, y cita una escritura de 1599 donde se habla de la plaza de «Cornicols, olim la Juheria» (parece que con esta misma forma saldría ya en el S. XV). Varios han explicado ese nombre como debido a una carnicería allí instalada, donde se venderían carne y coles; pero, además de que, según Orellana, no hay noticias de que hubiera allí carnicerías ni mercados hasta después de 1659, la forma antigua Cornicols se opone a este análisis. Por otra parte, según cita del propio Orellana, el pasaje del diálogo Euntes in ludum literarium donde Luis Vives recomienda que los escolares no jueguen a la taba, lleva, en la edición valenciana del S. XVI, una nota de Sales que él cita así: «Tabae: llámanse también carnicoles, y de Carnicols se llaman la plazuela y calle recta de las espaldas de la Cruz Nueva». Sospecha Giner que esta callejuela se llamara así por sus muchos rincones (corns, cornalons), y que la taba recibiera este nombre en valenciano por la consistencia córnea de la pezuña del animal; apoya su opinión en la voz cornicons, que como diminutivo de corn ‘cuerno musical’ figura en unas coplas de Valero Fuster impresas en 1556 (Cançoner Sat. Valencià, p. 298). No hay duda de que esto es posible en teoría, pero el no haber testimonios ciertos de que carnicol ‘taba’ o ‘pezuña’ se haya empleado jamás en Valencia ni Cataluña me deja muy escéptico ante esta interpretación; la aludida etimología popular es otro indicio de que ya a princ. S. XVIII el vocablo era desconocido en Valencia. Lo único que dice Sales es que a la taba se le da también el nombre de carnicol, pero no dice dónde, y sin duda se refiere al castellano, no al valenciano. Todas las apariencias son de que el artículo de Escrig no tiene otro fundamento que los pasajes de Sales y Orellana, entendidos a la luz del diccionario académico. Si acierta Giner en su explicación del nombre de la calle (lo cual no parece nada improbable), éste no tiene relación alguna con el nombre de la taba, y por lo tanto nada prueba en cuanto a la valencianía de este vocablo, y menos en cuanto a la etimología del mismo.― ↩
5 Se trata de una cara algo cóncava del hueso de la taba, con una figura semejante a una S. Figura ya en Tirso. Dozy, Gloss., 250-1, admitió que viene del ár. qarn ‘cuerno’, porque esta figura sería más semejante a un cuerno. En cuanto a Eguílaz, 363, entendiendo mal a Devic, 26, cree que éste deriva el cast. carne del lat. QUATERNUS, y se adhiere a esta etimología; pero Devic sólo la atribuye al fr. carme (antiguamente carne), que designa un golpe de los dados que hace aparecer el número cuatro. Todo esto me parece superfluo, pues siendo esta cara de la taba algo cóncava, es natural que en ella quedara un poco de carne, difícil de sacar a causa de esta forma, y que por lo tanto se denominara con esta palabra, castellana. ↩