CARLÍN, ‘moneda de plata de poco valor’, del it. carlino íd., derivado del nombre de Carlos de Anjou, rey de Nápoles (S. XIII), que la hizo acuñar.
1.ª doc.: 1517, Torres Naharro; también calrín en el mismo (DHist.).
Desde Covarr. viene repitiéndose, en la Acad. y en otros dicc. el error de que el carlín fué moneda española creada por Carlos V; aparte de la dificultad cronológica (pues este rey fué coronado en 1516 y la Propaladia de Naharro es una recopilación de obras de fecha algo anterior), el propio Covarr. y otros textos prueban que el carlín era moneda italiana, aunque conocida en la España del S. XVI, y en Italia el vocablo es muy antiguo: de aquí también el fr. carlin, documentado desde 1367 (FEW II, 393b). Comp. Terlingen, 288-9. En el Reino de las Dos Sicilias otros soberanos posteriores acuñaron nuevos carlines, y de ahí pasó el vocablo a aplicarse en la Corona de Aragón, ya alguna vez en la Edad Media. Mateu y Llopis, Glos. Esp. de Numismática, no documenta la afirmación de que el carlín fuese acuñado por Carlos V; sí se afirma que lo fué por Carlos II de Navarra (2.ª mitad del S. XIV), pero aun en este caso la denominación debió de imitarse de la siciliana, conocida en Navarra a través de Aragón.