CARAVANA, del persa kārawân ‘recua de caballerías’, ‘caravana’, probablemente por conducto del fr. caravane.
1.ª doc.: h. 1350, P. de Alf. XI.
Eguílaz, 361; Steiger,
Contr., 296 (y
VRom. X, 57); comp. Dozy,
Gloss. 249; Devic, 26; Lokotsch, n.° 1705. Fr.
caravane [S. XIII], oc.
caravana [1396], it.
carovana, cat.
caravana [fin S. XIII:
Crón. de Jaime I]. Del persa sale también el ár.
qaȳrawân, que fonéticamente no pudo dar la forma española; el vocablo entró en las lenguas occidentales durante las Cruzadas, por conducto del francés, quizá también por Génova, donde
caravana se registra ya en 1217. El testimonio más antiguo corresponde a la ac. secundaria ‘comboy de navíos que navegan de conserva’ (vid. Jal, s. v.), ac. que parece haber sido trasmitida por el catalán, donde ya aparece en el S. XIII; aplicado a viajes terrestres lo emplea por primera vez Gonz. de Clavijo (1406-12) (variante
caravaña, según Eguílaz). La ac. más común en la literatura clásica se refiere a las primeras campañas que hacían los caballeros jóvenes de Malta y de San Juan en persecución de las caravanas navales musulmanas, requisito necesario para profesar en estas órdenes; de ahí la frase común
hacer caravanas o
correr las caravanas ‘hacer prácticas de novicio para conseguir algo’ [S. XVII], de aquí
caravanas ‘ceremonias, cortesías’, usual en Méjico y Honduras (Revilla,
BDHA IV, 192; Membreño), y que ya parece hallarse en Lope
1; como desarrollo posterior de esta ac. podrá considerarse
caravanas ‘zarcillos, pendientes con adornos colgantes’, usada en la Arg., Chile, Bolivia y Perú
2: se partiría de la idea de ‘pendientes de ceremonia o de lujo’
3. Por otra parte,
correr la caravana tomaría el significado de ‘hacer algo peligroso’ (como un ataque marítimo), de ahí la ac. argentina ‘correr la tuna’ (Segovia), así como el ecuat.
carabana ‘peripecia, accidente, contratiempo’ (Lemos,
Rev.
del Colegio Rocafuerte V, 29-30) y el significado cubano ‘trampa a manera de jaula en que se hace caer a las aves’ (Pichardo, s. v.
casilla).
DERIV.
Caravanero.
CPT.
Caravasar ‘posada destinada a las caravanas’ (en Silva y Figueroa), del persa kārawānsarāī íd., confundido con el persa bazâr ‘mercado público’ (comp. fr. caravanserai, caravansera, it. caravanserraglio, que a veces se ha empleado en castellano en la forma caravanserrallo).
1 A esta ac. aludirá en El desprecio agradecido, acto I, al citar el vocablo, en plural, como expresión favorita de los galanes del Prado, junto con términos como donaire, lucimiento, ruidoso, activo. En el Salvador y en Bolivia se dice bailar o correr la caravana, por ‘adular’ (Malaret, Supl.).― ↩
2 Empleólo E. del Campo, Fausto (1866), v. 791; como nota Garzón, el vocablo ha salido hoy del uso ciudadano en la Arg., pero sigue empleándose en el campo (oído en la prov. de Mendoza). Lo mismo observa Amunátegui, Borrones Gramaticales, pp. 163 y 196, para Chile.― ↩
3 No es probable que haya comparación de los adornos colgantes con una caravana, según apunta Spitzer, VKR IV, 168n. Más bien se podría partir de caravana ‘ave zancuda’, usado en Antioquia (Colombia) según Robledo, y entonces estaríamos ante un cruce de alcaraván con caravana, mas es preferible no separar el vocablo de la ac. ‘ceremonia’, ‘adulación’, que aparece en otros países americanos, entre ellos Bolivia. Comp. la frase mejicana hacer caravana con sombrero ajeno ‘vestirse con plumas de grajo, ganar indulgencias con camándulas ajenas’ citada por Malaret. ↩