CARAMELO, del port. caramelo ‘carámbano’, ‘caramelo’, y éste del lat. CALAMELLUS, diminutivo de CALMUS ‘caña’.

1.ª doc.: caramel, 1611, Covarr.; caramelo, 1642 (éd. 1680)1.

En portugués la primera ac. está ya documentada en el S. XVI (Fr. Antonio Pinheiro, en Moraes); Sá de Miranda «tens as mƟos frias como um caramelo» ed. R. Lapa I, p. 256). Del castellano el vocablo pasó al francés caramel [1680] y al italiano caramello, -ella [Targioni-Tozzetti, † 1783: Zaccaria]. Indica acertadamente esta etimología Gonçalves Viana, Apostilas I, 231. Para el empleo de CALAMELLUScañita’ y otros derivados de CALAMUS para designar una estalactita de hielo, V. CARÁMBANO; la forma contaminada carambelo que allí documento, se halla también en la ac. ‘caramelo’: ast. carambelu, empleado por Rato, s. v. llambedizu y maguar, y arag. carambelo (Borao, Mujica); claro está que se comparó el almíbar endurecido con un carámbano de hielo, de aspecto idéntico. Baist, KJRPh. VIII, i, 212, y ZRPh. XXVIII, 107, admitió que viene de una forma occitana canamel, equivalente de la cast. cañamiel, que a su vez resultaría de CALAMUS alterado por influjo de CANNA y CANNABIScáñamo’; idea complicada, y que choca con el hecho de que caramel(o) es palabra de origen castellano y reciente en lengua de Oc y en catalán. Sin embargo, M-L., REW 1602 (con reservas), y Wartburg (FEW II, 209a) la aceptaron, agravando su inverosimilitud al admitir que el vocablo no tenía nada que ver con CALAMUS y venía sencillamente de CANNA MELLIScaña de miel, caña de azúcar’2.

Contra la etimología CANNA MELLIS V. más argumentos de Krüger, Bibl. RDTP IX, 74-75, 78, 161, que ha llegado a la misma conclusión de que caramelo es simplemente CALAMELLUS.

En cuanto a la forma caramel registrada por Covarr., se explica fácilmente como adaptación de la terminación extranjera y rara -elo a la más frecuente -el. El mismo lexicógrafo considera caramel en el sentido de ‘especie de sardina pequeña que se coge en la región de Cartagena’ (oído hoy en Almería) como aplicación figurada de caramel ‘caramelo’ (quizá por la forma alargada), comp. el cat. caramel·lo, que reúne también los dos significados, según Alcover.

El Sr. Ettore Li Gotti publica en la Miscellanea in onore di Monteverdi un artículo sobre el sic. local y antiguo caramella ‘pupila del ojo’ (documentado una vez de 1373), en el cual entiende mal este artículo de mi diccionario, atribuyéndome por lo visto la idea de que caramelo se debe a un cruce con carámbano y aun la de que designó primero la caña de azúcar. No hay pruebas de tal supuesto, pues Albertus Aquensis al aplicar a este vegetal el nombre de calamellus mellitus le llama sencillamente ‘caña dulce’ en su bajo latín, como era natural, pero esto no es prueba de que un descendiente de CALAMELLUS haya designado jamás la caña de azúcar en hablas romances. El vocablo es estrictamente portugués en su origen y ahí es indudable el proceso semántico ‘carámbano’ > ‘caramelo’ (sin aplicación alguna a la caña de azúcar). Por otra parte suponer que caramella ‘pupila’ sea aplicación figurada de un vocablo que signifique ‘caña de azúcar’ o ‘caramelo’ es idea descabellada semánticamente, e imposible en el aspecto histórico, puesto que el hispanismo italiano caramella ‘caramelo’ (que por lo demás nunca ha significado ‘caña de azúcar’) se documenta sólo desde el S. XVIII.

Apenas cabe dudar que este sic. local caramella debió significar primitivamente ‘niña, chiquilla’ como lo significan casi todas las denominaciones populares de la pupila del ojo, a no ser que fuese ‘ciruela, endrina’, que es lo que significan algunas. Averiguar cuál sea la etimología de esta palabra rara y local, ya es secundario y no me incumbe a mí; basta sentar la conclusión de sentido común de que no puede tener nada que ver con el nombre del caramelo. De todos modos es posible que tenga relación con el sic. carmùciu, gramùsciu, «ragazzo, marmocchio», calabr. caramuscia «ragazzo poco rigoglioso» (variante del it. antic. caramogio, sic. caramuciu «persona piccola e malfatta», de origen incierto); ora sea otra palabra del mismo radical, con otro sufijo, ora resulte de un cruce de caramuscia con carusella ‘muchacha’ (vocablo bien conocido). Pero lo más probable parece que se trate del gr. mod. κορóμƓλον «prune, pruneau» (Hepites), con el mismo traslado semántico que el fr. prunelle, y con paso de -o-´ a -a-´ , según es regular en el Sur de Italia, y adaptación a la terminación -ella del sic. ant.

Insiste Li Gotti en que caramello ‘caramelo’ sea palabra autóctona y antigua en Sicilia y no hispanismo, como lo indican la etimología más razonable y toda la documentación que me es conocida. Pero salta a la vista que este siciliano ant. caramella ‘pupila’ no puede interpretarse como prueba de su idea si no es bajo el efecto de un prejuicio y una verdadera obcecación.

DERIV.

Acaramelar. Caramelizar.

1 También en Quiñones de B. (1645), NBAE XVIII, 621, 683.―

2 La Acad. cita un b. lat. calamellus ‘azúcar’, adición hecha por los Benedictinos al texto de Du C. Como prueba, remiten al artículo canamellae del mismo diccionario, donde aparece el vocablo en un pasaje de Albertus Aquensis (1110), que ellos entendieron mal, desorientados por una lectura demasiado rápida y recordando el hispanismo francés caramel. Este pasaje contiene calamellus ‘cañita’ con el calificativo mellitus ‘dulce’, aplicado a la caña de azúcar.