CANTUESO, ‘Lavandula stoechas, labiada semejante al espliego, de flores moradas, hojas pegajosas y numerosas cabecitas’, probablemente del gr. χαμαɉ Ȏύος íd., propiamente ‘incienso de tierra, del suelo’, en forma latinizada *CHAMAETUSIUS.
1.ª doc.: Qantwês en el anónimo mozárabe de 1100 (Asín, 64)1; cantuesso 1475 (G. de Segovia, 53, 57). Cantuessos y tomillos romance del S. XVI en Rodr. Moñino, Las Fuentes del Canc. Gral. Madrid 1600, IX, 135.
¿Cuál puede ser este étimo terminado en -USIUM que nos hemos visto conducidos a postular? El mismo anónimo mozárabe dice que el uɊƫūȟudûs ―que es la forma que tomó en árabe στοιχάς, -άƌος, nombre griego del cantueso―, se llamaba también báȟur al-málik, es decir, ‘incienso del rey’, nombre que alude al penetrante olor de incienso que despiden el espliego y el cantueso5 (Asín, p. 175). A la misma propiedad alude el nombre latino tus terrae ‘incienso de la tierra’ que Plinio, 24, 29, da como equivalente de la chamaepitys, otra labiada análoga al cantueso; pero quizá no deba tomarse esta equivalencia demasiado literalmente, puesto que en 26, 85, el mismo Plinio dice que la chamaepitys se llama también hypericon, que en realidad es una hierba diferente, aunque emparentada, y el Pseudo Apuleyo da spiculum ‘espliego’ y sideritis ‘tomillo’ como nombres de la chamaepitys (vid. ThLL III, 987): es evidente que se trata de equivalencias aproximadas y bien podemos concluir con gran probabilidad que el tus terrae pliniano designaba en realidad el cantueso. Ahora bien, salta a la vista que esta denominación no es más que la traducción latina de uno de los innumerables nombres de plantas griegos compuestos con χαμαɉ ‘de tierra, del suelo’, ‘enano’, como lo es el propio χαμαίπιτυς ‘pino de tierra’, ‘pino enano’, de donde sale chamaepitys. Y que en griego existía χαμαɉ Ȏǯος ‘incienso de tierra’ para designar el cantueso o una hierba muy semejante, puede afirmarse con tanta mayor seguridad cuanto que en la Mulomedicina de Vegecio, 2, 116, 2, el manuscrito L trae cameturi como variante de chamaepitys; ahí tenemos una traducción parcial al latín, pues tūs, tūris, es la equivalencia del gr. Ȏύος ‘incienso’. Sea para agregarle una terminación latina, sea por influjo de la forma frecuentísima chamaepityus (V. ejs. en el ThLL), χαμαɉ Ȏύος fué latinizado en *CHAMAETUSIUS, que explica directamente el nombre castellano6.
Otras etimologías deben rechazarse sumariamente por su imposibilidad fonética: CHAMAECASSIA (Cabrera), o el mismo, cruzado con STOECHAS (Simonet).
1 Otras formas que trae el mismo botánico han de ser debidas a cambio de sufijo o a influjo de otros vocablos: qantúško (p. 63), como nombre de una planta aromática, qantêl allí mismo para una especie de ajedrea, qantwuêla maóre (p. 64) para ‘lauréola griega’, comp. laurus cassia y ƌάưνƓ ‘laurel’, nombres de la cassia, hierba de la familia del espliego.― ↩
2 Sarm. CaG. documenta en el Bierzo: cantruexo ‘el macho’ y cantroxina ‘la hembra’ (CaG. 144r). La r de estas formas gallegas y bercianas se debe a influjo de otra palabra: trasm. cantrôço ‘pedazo’ (RL V, 35), berc. troxo ‘tronco de berza’.― ↩
3 Tallgren dice que en Segovia figura también cantuesso. Sin embargo, de sus explicaciones acerca de la distinción entre -s- y -ss- se deduce que en el manuscrito original andan mezcladas las grafías de las dos categorías de vocablos, contiguas en el texto, y que él debió restablecer en gran parte la distinción valiéndose de criterios etimológicos y comparativos y sirviéndose sobre todo de Nebr.― ↩
4 Colmeiro, IV, 290-7, en parte como nombre de otras labiadas del género Lavandula.― ↩
5 Comp. también el nombre catalán del cantueso, tomanyí, procedente del gr.-lat. thymiama ‘incienso’. Otras denominaciones que da el anónimo mozárabe corresponden también perfectamente a las propiedades de la planta: Ȑalf ráȐs ‘mil cabezas’, maȬro bíško ‘visco moro’ (por lo viscoso).― ↩
6 En evolución normal, como resultado de CHAMAETUSIUS, se esperaría más bien *candueso, pero además de que es palabra compuesta, téngase en cuenta que todos estos nombres de planta son más o menos cultos en su transmisión. ↩