CANIJO, ‘débil y enfermizo’, probablemente del lat. CANզCŬLA ‘perrita’, por el hambre proverbial que pasan los perros.
Como
encanijarse ya se halla en 1609-17 (Inca Garcilaso) y
encanijamiento en 1615 (Roa), es probable que sean éstos los únicos derivados antiguos de
CANICULA, de los cuales se sacaría secundariamente el adjetivo
canijo, comp. la forma salmantina
canije (Lamano), claramente postverbal. El ast.
encaniau significa ‘entumecido’ (y ‘raquítico’), según Rato, en las provincias andinas del Ecuador
encanijado es ‘aterido, helado’ (Lemos,
Barb.,
Fon., s. v.), y es posible que la amplitud o vaguedad de sentido que denota esta variante semántica sea antigua, comp. los múltiples sentidos de los derivados dialectales franceses de
CANIS: ‘cansado’, ‘perezoso’, ‘cobarde’, ‘miedoso’, ‘confuso, deprimido, avergonzado’, ‘enfermizo’ (
FEW II, 186
b). Pueden citarse especialmente el port.
escanzelado ‘muy flaco, como perro hambriento’,
escanzelo ‘encanijamiento’, derivados de
can con el mismo radical que
canzana ‘vagancia’,
canzarrão ‘perrazo’,
canzoada ‘muchedumbre de perros’,
canzoal ‘perruno’; por otra parte Morván
aqueni, Clairvaux
chagnat «malingre» (Sainéan,
BhZRPh. X, 32), Sologne
cagnaud ‘triste, que parece enfermo’ (
FEW, l. c.), y particularmente la forma
échanillé ‘raquítico, enfermizo (niño)’, empleado en Villiers-St.-Benoit (Yonne), y que en el
FEW (II, 188
b) se relaciona, creo erróneamente, con
chenille ‘oruga’, a base del sentido de ‘(vegetal) roído de orugas’. Bajo todo esto se halla sin duda la idea de la proverbial
hambre canina.
No parece que el artículo de Rosal (1601) «canija: del gran calor del estío; de canicula, estrella que la causa» tenga que ver con nuestro canijo: se tratará de un duplicado semipopular de canícula ‘bochorno’, más tarde desaparecido.
G. de Diego, Contr. 96, quiere partir de un diminutivo de caña CANNA1>, a base de la comparación delgado como una caña; esta derivación también es posible semánticamente, comp. arag. encañado ‘chupado, extenuado’, cat. escanyolit ‘raquítico’, bearn. acanerà-s ‘adelgazar’, escanat ‘adelgazado’. Desde el punto de vista fonético sería admisible una disimilación *encañijado > encanijado, cuando la j era todavía palatal, comp. canilla ( > cañilla), que a menudo se aplica a las piernas muy delgadas. Pero es preferible la otra explicación por varias razones, y especialmente porque un diminutivo de caña en -ija o -ICULA no se halla en latín ni en romance.