CACHIDIABLO, primitivamente nombre propio de un célebre corsario turco (1529), y éste quizá alteración del it. cacciadiavoli ‘exorcista’, compuesto de cacciare ‘echar, expulsar’ (lat. *CAPTIARE) y diavoli ‘diablos’.
Éste lo emplea con referencia a unos enmascarados disfrazados de diablos que hicieron una pesada broma nocturna a Guzmán en una casa que se decía frecuentada por duendes (
Cl.
C. IV, 99.16), y Oudin traduce precisamente por ‘duende, trasgo’. Pero en el Quijote (I, liv, 276v°) aparece como sobrenombre de uno de los Académicos de Argamasilla que celebran en verso la memoria del héroe manchego. Y Haedo,
Topografía de Argel (1612), f° 56 (cita de Cortejón), recuerda las hazañas del famoso lugarteniente de Barbarroja, el turco
Cachidiablo, en 1529. Como el cuartel general de Barbarroja estaba en la isla de Cherba, es más probable que se trate de un nombre italiano que español; tendrá que ser
cacciadiavoli, que Lorenzino de’ Medici (fin del S. XVI) emplea como equivalente burlesco de ‘exorcista’
1.
Aut. se hace eco de este origen italiano. Al pasar al castellano,
cachidiablo fué interpretado como ‘especie de diablo’; de ahí la ac. mencionada y las que recoge
Aut.: ‘botarga o diablillo cuyos vestidos se hacen de pedazos de frisa multicolor’, ‘hombre de mala inclinación y de costumbres irregulares’.