CACAO, del náhuatl kakáwa, forma radical de kakáwatl, íd.
1.ª doc.: H. Cortés (Gillet, HispR. XXVI, 272; Nougué, BHisp. LXVI); 1535, Fz. de Oviedo1.
Friederici,
Am.
Wb. 108-9; Lenz,
Wb., 150-151; Loewe,
Z.
f.
vgl.
Sprfg. LXI, 84-93. Los diccionarios del náhuatl dan
kakáwatl como traducción de ‘grano de cacao’ (así Molina). Pero el elemento
-tl se elimina en todos los compuestos de las palabras así terminadas, p. ej. en nuestro caso
kakawa-céntli,
kakawa-ƇiƇíwa,
kakawa-pinólli, y especialmente
kakawa-kwáwitl ‘árbol del cacao’; los españoles al analizar estos vocablos y en particular el último, conociendo la palabra frecuente
kwáwitl, sacarían la conclusión de que
cacao se decía
kakáwa2.
Pero como en castellano los nombres de plantas que producen un fruto tienen el mismo nombre de éste terminado en
-o (
manzano:
manzana,
cerezo:
cereza,
granado:
granada, etc.), el nombre tomó en castellano la forma
cacao. El ingl.
cocoa es alteración fonética de la forma española. La frase
no valer un cacao [1613,
La Gitanilla,
Cl.
C, p. 75] se explica por el empleo que en Méjico se hacía del cacao como moneda.
DERIV.
Cacahual. Cacahuero. Cacaotal [1590], derivado del antiguo caca(g)uate.
1 Dice que se emplean las tres formas coco, cacao y cacaguate indiferentemente.― ↩
2 También cacahuete, cuyo nombre es etimológicamente idéntico al del cacao, se ha reducido a cacau en Valencia. Pero es verosímil que en este caso se trate de un seudo-primitivo sacado secundariamente de cacauet (así en Cataluña), sentido falsamente como diminutivo. ↩