BURDEL, del cat. bordell o de oc. bordel íd., de origen incierto, probablemente derivados de bord ‘bastardo’ en el sentido de ‘lugar de gente descastada, y donde se engendran bastardos’ (vid. BORDE II).

1.ª doc.: S. XIV, Cast. y Doc. del R. D. Sancho.

El vocablo aparece casi simultáneamente en fr. bordel [S. XIII], oc. bordel [comienzo del S. XIII], cat. bordell [fin del mismo siglo], it. bordello [h. 1300]. Pero no en todos estos idiomas ha sido constante su arraigo, pues en italiano debe ser una antigua importación del Sur de Francia, dado que allí no existe el primitivo bord; y si en el Norte de este país el vocablo fuese genuino, tendría la forma bourdeau, por lo cual es necesario admitir que el fr. ant. bordel desapareció del uso hasta el S. XVII, en que volvió a introducirse de Italia. El port. bordel [S. XV] es también extranjerismo. En castellano es singular lo constante de la forma en u (también S. XV: Álvaro de Luna; Nebr.; APal. 356b), que en vista de su fecha no puede explicarse por la pronunciación de o pretónica como u en catalán oriental (S. XVI), o en las lenguas de Oc o de Oïl, en las cuales apenas apunta en el S. XIV; se repite, pues, el caso de BURDÉGANO. Los vocablos castizos en castellano y portugués fueron putería (Partidas, etc.) y mancebía, junto a los cuales se introdujo el forastero burdel como eufemismo; hoy este vocablo sigue siendo mucho menos popular que en catalán. Para más detalles, V. el DECat., s. v. bordell.