BRIGOLA ‘máquina de guerra que arrojaba piedras’, del cat. brigola íd., emparentado con oc. ant. bricola, it. brìccola, de origen seguramente germánico.
Diez y sus seguidores (
REW;
FEW I, 526; Gamillscheg,
R.
G., II, 136) suponen que viene del longob.
*brihhil, equivalente del a. alem. med.
brëchel ‘rompedor’, derivado de
brechen ‘romper’; el escrúpulo fonético de M-L. y Wartburg lo disipa Gamillscheg
R.
G. II, 211-12. Del italiano habría pasado a los demás romances. Aunque la Crusca sólo documenta el it.
briccola desde el S. XV, mientras que en catalán el vocablo aparece ya en el XIII, Du C. cita un ej. latino de 1245 procedente de Italia, y la gran difusión en los dialectos italianos, en variadas significaciones, así como la existencia del verbo
briccolare ‘lanzar, arrojar’, hace verosímil el origen italiano. En los dialectos del Norte de Italia, por influencia del verbo, el sustantivo pasó a acentuarse en la sílaba penúltima. En cuanto a las formas occitana (de donde el fr.
bricole), catalana y española, no consta la acentuación con toda seguridad, pero no hay razón para dudar de la acentuación tradicional, que es la paroxítona
1.
La forma con
-g- no se ha explicado y podría suponer la existencia de un gót.
*BRէKILS, pero como habría entonces otras dificultades fonéticas, es preferible admitir que en catalán el vocablo sufrió la influencia de
biga ‘viga’, por etimología popular inspirada en la pértiga característica de la
brigola (vid. Giese,
VKR I, 148, grabado); efectivamente una forma
bigola aparece una vez en la Crónica de Jaime I, 240.6. Giese,
l.
c., 147, 171, quiere derivar del neerl. med.
brike ‘ladrillo’ por las piedras que lanzaba la brigola, pero este vocablo sólo ha dejado descendientes en francés y no en los idiomas romances del Sur.
Aut. atestigua que
brigola era vocablo propio de Aragón; en cuanto a la variante
bricola que figura en la
Gr.
Conq.
de Ultr., puede venir del oc. ant.
bricola, aunque esta forma se halla también en catalán (Desclot).