BREN, ant., santand., ‘salvado’, tomado de oc. brenn íd., de origen prerromano.

1.ª doc.: Berceo, Sacrif. 78.

T. A. Sánchez en su glosario de Berceo, y Cabrera en su Dicc. de Etim., atestiguan el uso en tierras de Santander; además breno y los diminutivos brenillo y rebrenillo en Venasque (BDC VI, 34; Ferraz), gall. ant. bren: «semellava cavalo que comera muito bren» Ctgs. 244.33. El vocablo aparece en la forma brinna en bajo latín de Francia a fines del S. IX, y se discute acerca de si es de origen céltico (Thurneysen, Keltorom. 48; y Jud, ASNSL CXXVI, 114-7, admiten el carácter genuino del vocablo en los modernos idiomas célticos; Kleinhans, FEW I, 517n. 17, lo niega). El vasco birrin ‘salvado’, lejos de ser la fuente del vocablo romance, como quiere Azkue, Homen. a M. P., II, 87, procede seguramente de él, mas puede tener interés para averiguar el timbre primitivo de su vocal. Pienso dar más detalles sobre la extensión de bren en otros romances en mi libro extenso sobre el habla del Valle de Aran. Desde luego la voz castellana, por su forma, se revela como tomada de la lengua de Oc. Breñada ‘agua que ha fermentado con salvado’, que GdDD 5197 cita de Cayetano Miguélez, Arte de curtir, ed. 1804, procede de ahí (y no de PRAEGNARE, GdDD), si bien no es seguro que corresponda a una variante castellana autóctona *breño.