BOTICA, del gr. bizantino ęποȎƲκƓ (pronunciado apothíki) ‘depósito, almacén’.

1.ª doc.: 1.ª mitad S. XV, Pérez de Guzmán.

Cej. IX, § 178. En la ac. ‘tienda, lugar de venta’ ya en Calila y Dimna (Rivad. LI, p. 3) y en 1433 (Cortes), ac. que Correas ya consideraba propia de Aragón, como lo es actualmente1 (también botiga, como en catalán). Cf. isl. ant. bukr, baukar ‘caja de medicamentos’, que según Cleasby-Vigfusson, Icelandic-Engl. Dict. 85b, es préstamo del b. lat. apotheca: los escrúpulos de Pok. IEW 107.2f sólo están motivados por el vocalismo de la 2.ª variante, pues la -r es desinencial, y esto puede explicarse por cruce con voces como baukr ‘cajita’, ྿l-bØki ‘tonel de aceite’, beykir ‘tonelero’, derivadas del isl. ant. bōq ‘haya’, ‘tonel o recipiente hecho de haya’ (Walde-P. II, 129.4, 128.4f. y ss.).

DERIV.

Boticario [doc.: mozárabe de 1134; Glos. de Palacio; etc.]. Botiquín ‘mueble para poner medicinas’ [Aut., como neologismo]. Emboticar. Rebotica [1603, Salazar] o rebotiga [Aut., como arag.], tomados del cat. rebotiga, la expresión castiza es trastienda, comp. lo que digo acerca de retablo, reojo, etc.

1 En 1609 pertenecía a la germanía (Hidalgo). Nebr. y APal. la dan todavía como general junto a ‘farmacia’.