BOTE I, ‘vasija pequeña para guardar medicinas, conservas, etc.’, es forma alterada de pote, tomado del cat. pot ‘bote, tarro’ o del fr. pot ‘bote, tarro, puchero’, de origen desconocido.

1.ª doc.: h. 1490, Celestina; 1505, PAlc., como cast.

Aunque Aut. no documenta pote antes de 1626 (P. Fernández Navarrete, ac. ‘tiesto para plantas’), es más antiguo que bote, pues además de ser la única forma que se halla en portugués1, la frase «los potes, maçapanes,... en la tienda de la dita speciería stantes» aparece un par de veces en invent. arag. de 1373 (BRAE IV, 346, 348), y potecillo está en el Corbacho (1438), ed. Pz. Pastor 130.6. En Galicia bote es ‘puchero de hierro con tres pies, asas y aro para colgarle y moverle de un sitio para otro’ (Vall.; Sarm. CaG., 194r; «o negriño... era negro como o pote» Castelao, 165.7); en portugués pote es ‘medida del antiguo sistema, de seis canadas o medio almud’ (Moraes), que aunque hoy no parece conocido en Galicia, sí lo fué en tiempo de Sarm. y dió además potar ‘conferir las medidas usuales con las de la villa’ (CaG. 117v); además gall. pote (pontev. potiño) ‘nuececita del boj semejante a un pote con tres pies’ (ib. 193v). En cuanto al gall. facer o pote ‘inflar un niño los carrillos’ (ib. 242v) esto pertenece a un grupo de voces romances que va desde el catalán fer el bot ‘hacer pucheritos’ por una parte, hasta el fr. bouder ‘mostrar hocico’, y por la otra al oc. pot ‘labio’ e it. potta ‘vulva’, que es muy incierto que tengan relación nada directa con el nombre del recipiente. El vocablo es antiguo en catalán, lengua de Oc y francés [SS. XII-XIII], y representa una base *P֊TTUS, documentada en la forma potus ‘vaso’ en el galorromano Venancio Fortunato (fin S. VI), con t sencilla por confusión con el lat. pōtus ‘bebida’, del cual debe de ser independiente; Pottus, como nombre de fabricantes de loza, es frecuente en inscripciones romanas a ambas márgenes del Rin, por lo cual cree Frings (ZRPh. LVI, 373-4) que es voz pre-céltica y pre-germánica2. Al penetrar este vocablo forastero en castellano sufrió el influjo de palabras genuinas de significado análogo, como botijo, y en especial botica, en la cual se guardaba todo en botes3. Es inverosímil la opinión del REW, 1427, que quiere derivar bote del lat. tardío BUTTIStonel, odre’, femenino, pues el bote, además de ser mucho más pequeño, nunca ha sido de cuero como la buttis ni ha servido para guardar líquidos.

DERIV.

Embotar ‘poner dentro de un bote’. De pote: potaje [1444, J. de Mena, Lab. 131c; APal. 25b, 229d; Rob. de Nola 72 y passim; para el sentido preciso vid. J. de Valdés, Diál. de la L. 115.9, y Vigón s. v.; hacer potajes ‘hacer enredos’, Diál. de la L. 75.20, ‘calumniar’ en Malón de Chaide y Quevedo, J. Casares, Crít. Efímera I, 154], del fr. potage ‘puchero, cocido’, ant., ‘sopa’; potajero [-xeru, ‘contemporizador’ ast., V]; potajera; potajería; potajier, del fr. potager. Potero. Potar ‘igualar medidas’. Potingue [Acad. 1843] debió de tomarse probablemente del femenino bearn. poutingue «potion médicamenteuse, drogue» (Palay), palabra generalmente extendida en lengua de Oc: rouerg. poutingo f. «remède, médicament» (Vayssier), Castres poutingo (Couzinié), langued. poutingo «un remède, un lavement» (Sauvages), prov. poutingo «drogue médicinale, médicament; mauvais ragoût, mauvais breuvage», Aix poutringo (en el felibre Gaut, cita de Mistral), cat. potinga f. ‘potingue’. Corría ya en la primera mitad del S. XVI, pues de ahí lo tomó Rabelais, que cita Les Potingues des Evesques potatifz entre los supuestos libros del convento de Saint-Victor (Pantagruel, cap. 7, p. 37); pero no tengo noticia de otros testimonios del vocablo en francés. Por otra parte, es en lengua de Oc donde se explica la formación del vocablo: allí se extrajo regresivamente del langued. apoutingaire, citado por Mistral como variante de abouticàri ‘boticario’, prov. poutingaire «drogueur, médicastre» (Mistral), langued. pouticaire, bouticaire (Sauv.), rouerg. opouticaire (Vayssier), aran. poticaire, bearn. apouticaire, oc. ant. apothicaire, poticari, ya documentados en 1432 y 1370 (Pansier), representantes cultos, claro está, de apothecarius (falta por desgracia todo esto en FEW I, 106). La relación con pot(e) ‘bote’ es sólo secundaria, y actuó por etimología popular. Polero.

CPT.

Potasa [Acad. 1843, no 1832], del alem. pottasche, propiamente ‘ceniza de pucheros’; potasio; potásico.

1 La variante pote es hoy murciana («bote, vasija cilíndrica», G. Soriano) y almeriense, y por otra parte leonesa: ast. pote «olla, puchero, en la ac. de cocido» (V), «quítaye la cobertoira al puote» en el Oeste (pero pote en Luarca: M. P., Dial. León. § 17.2). En la costa de Colombia se emplea por ‘bote de conservas’, ‘su contenido’ y ‘maceta de barro cocido que sirve para criar plantas’ (Sundheim), de acuerdo con el colorido leonés del léxico americano. Para parentela vasca, vid. Krüger, Hochpyr. A II, 240.―

2 Pottacus se documenta como fabricador de loza en CIL VII, 1336, y Pottus, Pottina en Tréveris; un germano Pothus en CIL VI, 6234, Pottinus, Potinianus, Weisgerber, RhGC, 142. Diez había creído que *POTTUS era celtismo, pero las voces insulares en que se fundaba son préstamos del inglés o del romance (Thurneysen, Keltorom. 74). Que sea regresión del gr. ποτƲριον ‘cáliz’, como imagina Skok ( Cvasopis pro Mod. Filologii, XXII, Praga 1931), es inverosímil.―

3 Se sentía relación entre las dos palabras: Covarrubias cree que botica es derivado de bote.