BIRICÚ, ‘cinto de donde cuelga el sable o espadín’, origen incierto.
Aut. recoge por primera vez una variante de esta palabra, la forma
bridecú (también usada por Terreros en 1771), y asegura que se tomó modernamente del francés, sin especificar la forma francesa. La edición de 1936 indica que viene de un fr.
bridecu. Una forma francesa
bridecul podría existir, en efecto, y como compuesta de
brider ‘ceñir’ y
cul ‘culo’, se pronunciaría con
-l muda y daría un significado adecuado. Pero no se halla en los diccionarios
1; sólo en el glosario del Anjou por Verrier y Onillon figura
bridecul ‘alambre para sujetar el gobernalle de una barca’, ac. completamente inconexa. La misma Acad. en su edición de 1884 propone fr.
bridecou ‘lo que brida el cuello’, que no puede aplicarse a un cinturón
2 y que por lo demás tampoco se halla en los diccionarios, o
baudrier de cuir ‘tahalí de cuero’, que no conviene fonéticamente. Más razonable es el Dicc. Alcover al sugerir para el cat.
bridecú (pl.
bridecús, en 1692 y en el S. XVIII, comp. Ag.), un original francés
bride de cuir ―atribuyéndolo, por lo demás, a la Acad. española―; no habría dificultad fonética, y el
biricú es en efecto de cuero (
cuir), pero no es una brida. El vocablo no se explica fonéticamente en catalán, donde aparece por primera vez; y en portugués (donde hay
cu ‘culo’) no existe
*bridacú (
viracú, de
virar, significa ‘voltereta’). En el
Cavallero Zifar (ed. Wagner, 50.20) se menciona
biricula, junto con ballestas y garabatos, mas parece tratarse de una arma. Ast.
bericús < ‘adorno’ (V).