BERMEJO, ‘rubio rojizo’, del lat. VERMէCŬLUS ‘gusanillo’, ‘cochinilla’, que ya se empleó como adjetivo, con el significado ‘encarnado’, en la baja época, por el uso que se hacía del quermes o cochinilla para producir el color grana.
1.ª doc.: Cid.
Más documentación en Cuervo, Obr. Inéd., 213. Como adjetivo de color, vermiculus ya en S. Isidoro, Etym. XIX, xxviii, 1 (también doc. gallego de 911, Festschrift Jud, 631). En la Edad Media bermejo significaba ‘encarnado’ (Gr. Conq. de Ultr., J. Manuel, Fn. Gonz., Corbacho, APal., 82b, etc., Nebr.); el matiz moderno, aplicado principalmente a tierras, edificios (Torres Bermejas en Granada) y personas (ejs. del S. XVII en Herrero García, RFE XII, 158-63), aparece desde fin del S. XV (H. del Pulgar). Tiene b- por lo menos desde el S. XV (APal., Nebr.), aunque en el Cid está con v-, como en latín y en los demás romances (port. vermelho, cat. vermell, oc. vermelh, fr. vermeil > it. vermiglio). Ast. bermeyu. (V).
DERIV.
Bermejecer ant., o embermejecer [ambos, Nebr.] o embermejar. Bermejuela [1535, Fz. de Oviedo; 1537, Cortes]. Sobermejo.