BERBERECHO, ‘clase de marisco’, quizá de un BERBERÍSKOLO-, vocablo de los ártabros y celtas astures, procedente a su vez del ieur. BHER-.

1.ª doc.: Acad., no 1832, ya 1884.

En esta edición lo da como propio de Galicia, pero berberichu es también asturiano (R, 1891; V). Vall. trae berberecho y berbecho (Supl.) como gallegos, comparándolos con las ostras. Pero la forma más conocida en gallego es berbericho con í; a ella siempre se refiere Sarm., CaG. 83v, 84r, 187v, 189r, 190v, A15r, y a cada paso: «unas conchitas de dos tapas: hay infinidad de ellos en Pontevedra», «conchas bibalvas cuyas estrías son verticales», a diferencia de las del carneiro, que las tiene horizontales. El venerable poeta y académico del S. XIX Pintos Villar es autor de una de las colecciones poéticas que fueron más populares en Galicia: Os Birbirichos e os Birbiricheiros, y el DAcG. refiere la copla popular del que no tendrá más que berberichos de Cambados para comer1; verdad es que Crespo Pozo dice haber oído en el Poyo de Pontevedra, además de berbericho, la forma en -recho, y que hacia Vigo dicen croques.

De Sarm. es la idea de la etimología griega, que todos repiten. Sin embargo, apenas se puede decir que βέρβερι ‘marisco que contiene una perla’ sea palabra griega, pues es un hapax sólo trasmitido por Ateneo (220 d. C.) como empleado por el historiador de Alejandro Magno, coetáneo de éste, Andróstenes de Thasos o de Anfípolis, en una obra perdida, donde se califica de palabra extranjera. Al parecer se trata de una palabra macedonia, tracia o del extremo Norte de Grecia: no sólo lo indica el empleo en Andróstenes sino la única conexión etimológica que se le entrevé: βερβέριον ‘vestidura grosera’ ―aunque es otro hapax, en un fragmento de Anacreonte― junto con la serie dialectal gr.: tesalio βερρóν, dorio βειρóν, macedonio βίρρος, explicados todos como ƌασύ (‘vestido velludo’ o ‘espesura de vegetación’), y los lat. burra y reburrus ‘vestido peludo’. Grupo que, según los etimólogos se formó con el ieur. BHER-cortar, tallar, partir’ > lat. ferire (Pok. IEW 134.14), cuyo representante griego más conocido es el jonio ưαρσος ‘mitad en que se divide una ciudad’ (Heród. I, 180, 181.2, 181.4, etc.). Bερβερι sería, pues, una forma reduplicada como βερβέριον y habría designado primeramente las conchas bivalvas, en cierto modo con el sentido de ‘partidura’.

Pero está claro que ese conjunto de formas en β- no puede propiamente ser griego (como además consta en el caso de βέρβερι por declaración de su única autoridad), por presentar β donde el griego sólo podría tener υ según su fonética: evidentemente todo esto es tracio-macedonio que pasó ocasionalmente a dialectos del Norte de Grecia. No se puede pensar que un vocablo tan raro en Grecia se trasmitiera al uso popular de la gente de mar de Galicia y Asturias. Por lo demás, la alternancia metafónica -iche ~ -echo2 está mostrando a las claras que estamos frente a un vocablo de extracción rigurosamente popular y no un término de naturalistas como sólo lo habría podido ser si procediese del hapax seudogriego de Andróstenes.

En cambio, nada difícil de admitir, puesto que BH- da b- en céltico, que estemos ante un vocablo de los ártabros y celtas astures, de forma BERBERÍSKOLO-, hermano del traco-macedonio βέρβερι, y aplicado a un marisco algo diferente; así el sufijo -ISKO-, como las ampliaciones en -LO- están copiosamente atestiguadas en céltico. En hablas célticas más meridionales debió de existir una variante, de derivación algo diferente, *BERBERIKĶN-, pues hubo un port. briguigan (Bluteau, 1715), briguigão (Moraes, hoy algo olvidado, pues no figura ni en Fig.) que parece ser el propio berberecho («marisco, que vive numa pequena concha redonda e raiada»; y Sarm., entendido en la materia, los empareja ya, CaG. 15r), y que saldrá de un más antiguo *birbirigão; también port. berberixo, berberisco, berbigão (Fig.). No es probable que el sufijo español sea el diminutivo -ĔLLUS, aunque en las Asturias occidentales -LL- se cambia en una especie de ch (M. P., El Dial. León., § 9), pues entonces la forma gallega debería ser tomada del asturiano, y la i metafónica de éste corresponde más bien a o է.

1 Identificándolo con el verderón o Bucardium parvum L.; además cita variantes berbecho, -eche sin localizarlas, y un berbereto ‘bollito o pelotilla de harina que se forma cuando se hacen las papas’.―

2 La coexistencia de -ichu y -echo en gallego se explicaría como un caso originario de singular y plural, luego nivelados. Ante la -u del singular el -ichu metafónico, ante -os, berberechos con e era normal.