BELLADONA, del it. belladonna íd.
1.ª doc.: 1795.
Se tomó seguramente de la terminología botánica latina, que había adoptado h. 1700 el término italiano, conocido ya como tal en 1586. En cuanto al origen último, duda Bertoldi (WS XI, 10) de que pueda admitirse con Gamillscheg (EWFS, s. v.) que it. belladonna, propiamente ‘bella mujer’, se deba a una etimología popular de blandona ‘verbasco’, de origen céltico. La Academia francesa indicaba en 1762 que el nombre italiano se explica por un ungüento de belleza que se hacía con belladona. Nótese que los mozárabes Abenɏólɏol, Abenalɏazzar y Abenbuclárix (en Simonet) llamaban arƇo bellîƫo, es decir, ‘bellido, hermoso’ a la mandrágora, planta de la misma familia y de propiedades semejantes a la belladona.